Los templarios en Extremadura (III)

La supresión de la Orden del Temple.

           Las milicias del Temple salvarán a la Tierra Santa, más de veinte veces, de la invasión de los sarracenos, y seis de sus grandes maestres mueren en combate. En Oriente contribuyen al provecho de las acciones bélicas, pillaje incluido. Y en Occidente aumentan las donaciones hacia el Temple. Era una realidad que los grandes señores conviertan al Temple en su heredero. El apoyo que San Bernardo dio a la Orden hizo que fuera favorecida por los señores feudales y que sus caballeros se extendieran por toda Europa y que en sus numerosos monasterios llegaran las donaciones continuamente hasta el punto de convertir a la Orden del Temple en la comunidad más rica y poderosa de Occidente.

            Pero los Santos Lugares fueron conquistados nuevamente por los musulmanes. Jerusalén en 1187, y la fortaleza de San Juan de Acre, última que se conservaba en poder de los cristianos en Tierra Santa fue igualmente perdida en 1239, lo que hizo que los templarios perdieran gran vigor para la lucha y que se venían dedicando a ocupaciones bien distintas a las prescritas en los Estatutos de la Orden. Principalmente se dedicaban a ser banqueros de reyes y de particulares. Los templarios se retiraron a las siete provincias en las que se habían dividido Europa, y el Gran Maestre residía en Chipre para luego establecerse definitivamente en el centro de París.

              Esta acumulación de riquezas generada entre los siglos XIII y XIV hizo que se promovieran artilugios políticos para apoderarse de ellas. A principios del siglo XIV reinaba en Francia Felipe IV (llamado El Hermoso), que se vio tentado de apoderarse de tales riquezas para solucionar sus debilitadas arcas, además de aniquilar un poder que resultaba como un Estado independiente dentro de su reino. Pero tropezó entonces con la tenaz resistencia del Pontífice Bonifacio VIII que le impidió realizar sus proyectos. Pero ocurre que a la muerte de este, la intervención del rey francés tuviera notoria influencia en la designación de su sustituto, que fue Clemente V, de nacionalidad francesa y que permitió trasladar a Avignon la sede Pontificia. Entonces fue cuando el rey asestó el paso definitivo para la eliminación de la Orden del Temple, sin encontrar impedimento del Pontífice que estaba condicionado por el temor a un enfrentamiento directo con el rey.

 Supresión 1

Papa Clemente V

             Así las cosas, en el año 1307 el rey, apoyado por Guillermo de Nogaret, mandó a los gobernantes de todos los rincones del reino una misiva con una enigmática orden: “No abrir hasta el día 13 de octubre”. Y, al alba de ese día se desveló la misión. Debían apresar a los caballeros templarios y requisar todos sus bienes, bajo la acusación de herejía. El Concilio de Viennes (1311-1312) decidió la supresión temporal de la Orden.

Supresión 2

Felipe IV «El Hermoso», quien será el responsable de que la Orden del temple llegara a su fin acusándolos de herejía, sodomía y blasfemia.

 

            En París, el 18 de marzo de 1314, Jacques de Molay, último Gran Maestre de la Orden del Temple escuchó su sentencia: condenado a morir en hoguera junto a treinta y cinco caballeros templarios, en la Isla de los Judíos, frente a Notre Dame, en París.

Supresión 3

         Cuenta la leyenda, que en la misma pira crematoria, Jacques de Molay proclamó su inocencia y la de la Orden, y emplazó ante el “Juicio de Dios” al Papa Clemente V y al rey Felipe el Hermoso en el plazo de un año. Las llamas muerden los pies del anciano, convirtiendo el final de su proclama en un alarido de dolor, que sella su destino y firma con sangre la maldición. Una maldición que se cumplirá al pie de la letra, pues tanto el Papa como el rey de Francia mueren a los pocos meses. Castigo divino o no, desde ese 19 de marzo de 1314 vivirá para siempre en la imaginación de todos nosotros la leyenda de los valientes y abnegados defensores del Santo Sepulcro: la leyenda de los caballeros templarios.

Supresión 5

«¡Pagarás por la sangre de los inocentes, Felipe, rey blasfemo!¡Y tú, Clemente, traidor a tu Iglesia!¡Dios vengará nuestra muerte, y ambos estaréis muertos antes de un año!, proclamó Jacques de Molay antes de morir.

             Muerto el Gran Maestre, se emprende una gran persecución en contra de los templarios en toda Europa. Les persiguieron, les arrestaron, les torturaron, les hallaron culpables y les encerraron. Uno a uno, eran vulnerables. Uno a uno, fueron cayendo los guerreros mejor entrenados de la Cristiandad, bajo los perros del rey, campesinos con espada que sólo tenían a su favor el número; pero no la razón, ni la justicia ni el honor.

Supresión 6

Placa conmemorativa de la muerte de Jacques de Molay en la Isla de los Judios (París), lugar donde fue quemado.

               En algunos países, como España y Portugal se les da un tratamiento respetuoso, creando en algunos casos una nueva Orden –en España: Montesa, y el Portugal: Orden do Cristo-, pero a los fieles a la Orden originaria les espera su fin dramático, como advertiremos en su momento.

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