La bailía templaria de Jerez.
A principios del año 1230, Alfonso IX de León inicia una gran ofensiva para conseguir el dominio definitivo de la estratégica línea del Guadiana. Es en este momento, tras la conquista de Mérida y Badajoz, cuando el rey leonés toma las plazas de Jerez, Fregenal, Burguillos del Cerro (llamada antes Burgos) y Alconchel, que posteriormente donaría a la Orden del Temple, por la ayuda prestada en la toma de dichas plazas, constituyendo el origen de lo que sería la gran encomienda de Jerez. Cabe decir, no obstante, que algunos autores sostienen que la toma de estas plazas se producía cuando no estaba ya en vida el monarca.
Esta encomienda llegó a alcanzar una extensión máxima de 2.889 kilómetros, en cuya larga extensión poseían los templarios dehesas, pastos, tierras de cultivo, iglesias, castillos y todos los beneficios económicos que conllevaban.
Hagamos un repaso del inventario de las posesiones templarias tomando como centro los castillos de la Orden:
- Bajo la jurisdicción del castillo de Alconchel se encontraba un territorio que incluyen además, las actuales localidades de Villanueva del Fresno, Zahínos, Oliva de la Frontera, Valencia del Mombuey, Cheles e Higuera de Vargas. En estos dos últimos pueblos se alzaban sendos castillos: el de Cheles, hoy destruido, que se encontraba más al oeste que la actual población, y el de Higuera de Vargas, que todavía se conserva dentro de la población (reformado a finales del siglo XIV).
El castillo de Alconchel, llamado de Miraflores, por encontrarse enclavado en el cerro del mismo nombre, además de ser apellido de una de las familias que lo poseyeron, consta de un trazado poligonal con doble recinto, destacando entre sus formas la espléndida torre del homenaje, con tres cuerpos y una altura de 16 metros. Del reciento exterior sólo se conservan algunos restos. La construcción está realizada con mapostería, es decir, poco o nada elaborada. Junto con este material, hay influencias de tipo mudéjar como la utilización del ladrillo a modo de separación para las saeteras y las almenas.
Castillo de Alconchel
La posición de la fortaleza supone un primer punto defensivo debido a su difícil acceso. Consta de varios recintos envolventes dispuestos de forma concéntrica en distintas curvas de nivel, con el lógico trazado irregular a que obliga la topografía del terreno, y contaba con 5 aljibes. Su recinto exterior se extiende en lo alto del promontorio reforzando la zona más fácilmente accesible y por lo tanto la más necesitada de defensas arquitectónicas.
En lo alto se yergue el cuerpo principal del castillo, al que se penetra a través de una portada gótica con torres redondas en las esquinas, ligeramente más altas que los lienzos contiguos de la muralla. Este cuerpo está formado por un recinto almenado y reforzado con cubos redondos adosados, con aspilleras o pequeños vanos de forma alargada y muy estrecha desde donde se disparaban flechas o dardos, en los adarves. Bajo los merlones del mismo sirve de adorno una moldura de ladrillo, doble en las torres, como contraste plástico respecto a la rectitud del conjunto militar. Sus muros son de gran grosor y sus puertas presentan matacanes.
Dentro de este cuerpo, y ocupando el punto más alto del cerro, se halla el último recinto interior donde se emplazaban las dependencias de uso residencial y la torre del homenaje. La torre del homenaje es el elemento que más destaca del entramado arquitectónico. Se sitúa en el patio, tiene planta cuadrangular y cuenta con tres pisos, que lo dotan de una gran altura, algunos de los cuales se acusan fuera mediante la disposición de pequeñas cornisas. La torre debía de ser mayor pues le faltan las almenas que cubrirían su cornisa. En sus muros se abren algunas saeteras que permiten completar sus defensas, y pequeñas ventanas desde donde se domina toda la fortaleza y el amplio entorno que se extiende a los pies.
El acceso al edificio se puede hacer a través de dos puertas. La principal, que se ha restaurado hace poco tiempo, remataría en un arco apuntado encuadrado en un alfiz que albergaba el escudo de armas, del que sólo tenemos noticias pues se ha perdido. La otra puerta tiene menos importancia y se ubicaba en la parte opuesta de la entrada principal.
Acceso principal al Castillo de Alconchel
El estado actual del edificio es bastante regular pues de él se conservan sólo algunas estructuras. Se pueden observar sus muros con sus torres y la torre del homenaje que ha perdido sus almenas. También se ha perdido el recinto exterior que rodeaba al edificio. Ha sido restaurado, y en su interior se ha instalado una hospedería.
El castillo de Higuera de Vargas es una construcción de planta cuadrangular edificado en mampostería y sillares y con torres poligonales en las esquenas de las que sólo se conserva una, de sillería y ladrillo.
Castillo de Higuera de Vargas
- El castillo de Burguillos del Cerro dominaba un territorio que incluía Atalaya, Valverde de Burguillos y Valencia del Ventoso. En este espacio se levantaban dos fortalezas: Burguillos y Ventoso.
El castillo de Burguillos está situado sobre un cerro rocoso desde el que domina la localidad del mismo nombre. En la fortaleza pueden identificarse dos partes, aunque en distinto estado de conservación. En lo alto del cerro se encuentra el bloque principal de la fortaleza, el castillo propiamente dicho, de forma aproximadamente rectangular y con torres en sus esquinas, sobresaliendo la torre del Homenaje. El monte se encuentra recorrido a media altura por una barbacana o antemuralla exterior. Lo más destacado del castillo es su voluminosa torre de Homenaje, formada por un cuerpo superior retranqueado, raramente visto en Extremadura, y un cuerpo inferior más voluminoso, de cuya parte superior sobresale un gran matacán que protege la puerta de acceso. Está definido, pues, por dos recintos concéntricos de planta cuadrangular levantados en mampostería. Del recinto exterior apenas quedan restos. Esta construcción cuenta con bastantes reformas posteriores a los templarios realizadas por sus siguientes propietarios para darle a la fortaleza de la Orden un carácter menos castrense y más señorial.
Castillo de Burguillos del Cerro
El castillo de Ventoso no se corresponde con el actual de Valencia del Ventoso, construido éste por la Orden de Santiago en el siglo XV, sino con unas ruinas situadas a unos seis kilómetros, al sur. Fue éste el centro de un importante núcleo urbano abandonado a favor de la actual Valencia del Ventoso y que, tras un deslinde de términos, fue cabeza de una nueva encomienda, aunque siguió dependiendo de Jerez, de ahí que a la bailía se la conozca como Jerez-Ventoso.
- Del castillo de Jerez dependía un territorio, que incluye Valle de Matamoros y Valle de Santa Ana.
De origen templario y datando del siglo XIII encontramos en Jerez de los Caballeros un estupendo recinto amurallado perfectamente conservado donde aún quedan en pie 18 de sus 26 torreones originales.
Todo el contorno de la muralla mide 1km y 700 metros y alrededor de la cual encontramos las seis puertas (la de Burgos, Alconchel, Sevilla, Nueva, Santiago y la de la Villa), de las que en la actualidad se conservan dos: La Puerta de la Villa –que tiene tres arcos- y la Puerta de Burgos –que presenta almenas en forma de pirámide-. Tanto para la muralla como para el castillo se utiliza la piedra. En la muralla se emplean piedras de pequeño tamaño unidas por cal y arena y en el castillo se utiliza la mampostería, es decir, piedra escasamente labrada. Los ángulos de la edificación están hechos con sillares bien trabajados. Esto hace que se forme un claro contraste entre los muros y las esquinas.
Esta muralla nació como enclave defensivo para los musulmanes, pero con la llegada de los templarios pasó a ser el recinto amurallado de la orden.
Castillo de Jerez.
La fortaleza, de forma pentagonal, está emplazada en lo alto de un cerro, dentro del recinto amurallado de la población, también construido por los templarios, aunque ambos fueron reformados en época santiaguista. Destaca del castillo la muralla que protegía a la villa de ataques exteriores. De sus cinco torres destaca por su tamaño y solidez la del homenaje, llamada Torre Sangrienta, porque en ella fueron masacrados sus últimos defensores templarios tras la disolución de la Orden en 1312. La torre del homenaje está asentada en un desnivel con respecto al pueblo, presenta dos vanos y una pequeña aspillera defensiva para disparar las flechas y los dardos a los enemigos; su cornisa se remata en una estructura almenada que ha sido restaurada muy recientemente. En su interior aparece una bóveda de cañón apuntado.
Castillo de Jerez. Torre del Homenaje
Se sabe de la existencia de esta fortaleza en época musulmana, pero no se conservan restos de entonces, siendo los más antiguos del siglo XIII.
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