Cuantos puedan visitar Madrid se encontrarán con la sorpresa de ver las principales avenidas, plazas y calles invadidas por un mismo personaje escultórico, eso sí con una caracterización propia en cada figura, y que hace agradable observar cómo el arte nuevamente florece para deleite de los que transitan en esa bulliciosa ciudad donde, a su vez, nadie resulta extraño y todos lo son entre sí.
El personaje en cuestión es la figura estelar del cuadro de Las Meninas, pintado por de Diego Velázquez en 1656, y que constituye la obra maestra del Siglo del Oro Español, ahora convertida en estrella de una campaña comercial bautizada como “Meninas Madrid Gallery”, cuya iniciativa nace de la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex), la que dicen es la organización más representativa del sector Moda y Retail de Madrid, para reforzar la imagen de la ciudad y el turismo de compras. Se compone de 90 esculturas de fibra de vidrio de 180 centímetros de alto, 160 de fondo y unos 30 kilos de peso, a lo que se añade una base de bloque de hormigón que impida su movimiento por medios no mecánicos, de 200 kilos de peso.
Si Velázquez transmitió algo sensacional con su obra, la imagen básica que ahora se representa, diseñada por el artista venezolano Antonio Azzato, permite configurar como un lienzo en blanco que otros artistas la decoran para resultar una auténtica galería de arte, impregnada de colorido, homenaje a la diversidad y a la libertad de expresión a través del arte contemporáneo, que se expone al aire libre para visualización pública hasta el próximo 15 de julio.
Los artistas encargados de pintar la obra básica son diversos artistas, diseñadores, deportistas y famosos de renombre como Agatha Ruiz de la Prada, Jordi Mollá, Margarita Vargas, Enrique Ponce, Vicky Martín Berrocal, Lorenzo Caprile, Luigi Cuchillo, y otros muchos más. Así, cada menina representa la idea de Madrid que tiene el artista que la ha intervenido.
He recorrido parte de estas calles para comprobar el resultado y la curiosidad me llevaba a seguir caminando, hasta que podía advertir que verlas todas me resultaba imposible en mi corta estancia. Quedo aquí diversas muestras de este grato paseo, posando junto a la que particularmente me resultaba más atractiva, sin desmerecer a las otras que cada una tiene su propio encanto, y encontrándome con la sorpresa de conocer a una de las autoras a la que tuve oportunidad de fotografiar junto a su obra y a la que oportunamente pedí permiso para esta difusión que ahora hago. Mi agradecimiento a Begoña Fernández Castaño, y felicitación por su “Menina Flamenca”.
La sorpresa final estará en julio, donde se prevé un evento en el que se desvelará «el mensaje infinito» que guardan las meninas para la ciudad. Cada pieza incluirá unas palabras que, en suma, representarán los valores de Madrid. Estaremos expectantes.
Según me informo, el plan de Azzato pasa por subastar algunas de las piezas al final de la exposición. Aquellas que más éxito hayan cosechado entre el público a través de las redes sociales, para destinar el cien por cien de los fondos a asociaciones benéficas. Grande el proyecto artístico y grande la finalidad perseguida.