Confieso que desde que escuché esa voz de contralto sedosa, y que posee las virtudes propias de las cantantes de color, esto es, las acrobáticas escalas de Ella Fitzgerald, la pasión enfática de Etta James y el maravilloso control rítmico de Roberta Flack, no he podido dejar de ser un seguidor permanente de Adele, que siendo blanca posee esos dotes que he referido. Escucharle es un lujo para el cerebro y los sentidos. Hello es su último regalo al sonido, y muestra el retorno de la cantante a la industria musical después de un tiempo de inactividad. Seguir leyendo «El fenómeno Adele»
