La vida cotidiana se vuelve cada vez más impersonal. Sin darnos cuenta, ese preciado contacto que manteníamos con el empleado de banca que te facilitaba la labor cuando acudíamos a realizar las gestiones fue sustituido de forma sibilina por un cajero automático que con una graciable tarjeta de plástico te iba dando el dinero en metálico y luego te permitía consultar los movimientos de la cuenta. Seguir leyendo «La era electrónica y su peaje»
