El mundo entero parece tambalearse en medio de este pasaje que nos toca atravesar por la dichosa visita de un extraño invasor que no tiene reparo alguno en propiciar –si se le deja- el exterminio humano. Con el furor de la batalla emprendida, la defensa se centra ahora en esa masiva vacunación que parece suponer el remedio a tamaña desdicha. Buscando inmunizarnos para tener una cierta normalidad en la convivencia, y soñando con dejar esas dichosas mascarillas que vienen ocasionando otros problemas de insalubridad añadidos. ¡Cuánto sopor a tamaño infortunio!
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