El tiempo pasa para nuestras vidas, pero las obras de los seres humanos quedan para que quienes sigan nuestra estela puedan optar por valorarlas y, al mismo tiempo, dispongan de la muestra para advertir lo sucedido en la sociedad en tiempos de antaño y aprender de una enseñanza que no precisa de los codos, sino de la vista y la estética. Seguir leyendo «La magia eterna de la pintura (I)»
