Puente Viesgo es un pequeño y precioso pueblo de Cantabria, ubicado en la zona septentrional del valle de Toranzo, a unos 28,5 kilómetros de distancia de Santander, y atravesado por el río más conocido de la comunidad, el Pas. Aunque pequeño, es un núcleo de población que se constituyera en la Baja Edad Media, contando con uno de los más importantes conjuntos de cavernas prehistóricas de la región.

Un enclave de singular importancia y referencia turística del valle del Pas, debido a las afamadas aguas mineromedicinales y termales de su balneario, al que he tenido oportunidad de acudir para conocer la realidad de su prestigio y, al mismo tiempo, disfrutar de sus bellos alrededores llenos de vegetación.

Una pequeña ruta de reducido recorrido pero de un encanto apreciable es la que en unos escasos tres kilómetros nos lleva a apreciar una senda que discurre en las orillas del río Pas a su paso por estas tierras.

Empieza desde las inmediaciones del balneario y sigue una gran recta que se corresponde con el antiguo trazado del ferrocarril y que ahora está cerrada al paso de automóviles y habilitada para zona de recreo y paseo, saboreando la belleza que caracteriza sus alrededores.

Esta antigua línea ferroviaria era la que se correspondía entre Astillero y Ontaneda (35 kms) y que prestó servicio durante 74 años (de 1902 a 1976), y venía a facilitar el transporte de pasajeros hacia los balnearios de Puente Viesgo, Ontanea y Alceda, además del movimiento de minerales de la zona de Cabarga. Actualmente su plataforma, como señalo, se ha reconvertido en una vía verde para caminantes y ciclistas.

En el recorrido inicial nos encontramos con el recuerdo de la antigua estación que existiera en su momento, hoy reconvertida en oficina de información, rehabilitada con andén, marquesina y su típico reloj en la fachada, y una vieja locomotora a vapor que como monumento consagrado al tiempo deja ver lo que en su momento diera vida al trazado ferroviario. El panel informativo nos aclara que fue fabricada en Alemania en 1912, dando un servicio inicial como cabeza tractora para cargar mineral, que estuvo operativa hasta la década de los años cincuenta que pasó a realizar trayectos menores por la fábrica y los muelles de la bahía. Su llegada a Puente Viesgo fue en el año 2004 y en 2022 se restauró a su estado actual según los planos de fábrica.

Poco después, en las inmediaciones todavía del pueblo, encontraremos el puente de madera peatonal que cruza sobre el río Pas, junto a la presa del río, y que conforman un rincón que merece la pena contemplar con el sonido de las aguas que caen con cierta fuerza hacia el siguiente recorrido. Desde aquí podrían seguirse otras rutas de mayor distancia pero he preferido seguir en estas inmediaciones para saborear el encanto del recorrido del río hasta el centro del pueblo.

Siguiendo la estela del río, bordeando su orilla izquierda se disfruta de un paseo extraordinario, por el camino excavado en la roca que permite el tránsito con el cuidado necesario, brindando un paisaje precioso, entre la frondosidad del verde que proyectan las enormes arboledas existentes y el murmullo del agua como acompañante, sorteando sus puntos críticos, entre pozas, saltos de agua y rocas fuertemente erosionadas que dan esplendor a este trayecto. Un lugar ideal no solo para observar la belleza natural del paisaje sino también por la fauna piscícola que brinda el río Pas, famoso por la pesca de salmones y truchas.

Hasta acercarse al grandioso puente nuevo, reconstruido hace varios años y que da acceso peatonal al Gran Hotel Balneario, llegando así a la finalización de este maravilloso paseo.