Un nuevo desplazamiento por tierras extremeñas me hace recorrer unos cien kilómetros desde la capital de Badajoz hasta llegar a la localidad de Carmonita, una pequeña población que es el último municipio de la demarcación territorial de Badajoz antes de entrar en la provincia de Cáceres. El día se ha presentado soleado y con temperatura baja pero soportable ante la ausencia de viento.

En la avenida de la Estación de este poblado nos agrupamos los integrantes del Grupo Universitario Multiaventura (GUM), que en esta ocasión pretendemos realizar una nueva ruta senderista bajo la dirección de Eduardo e Iván, conocida como del «Hito Blanco» por aquello de que es este el punto de referencia a alcanzar, donde se encuentra el mirador a 697 metros de altitud, como vértice geodésico existente en la Sierra de la Lombriz, construido sobre una roca de aspecto blanquecino. La ruta es lineal, de ida y vuelta, que totalizan unos once kilómetros a través de bosques plagados en su gran mayoría de alcornoques y encinas, con veredas intrincadas de monte bajo y con un fuerte ascenso final de aproximadamente un kilómetro y medio, desde el Puerto de San Blas hasta el susodicho vértice geodésico.

En el poblado iniciamos el recorrido descendiendo por la Avenida de Extremadura, y en una pequeña rotonda aparece lo que fuera un antiguo pozo de piedra que se ve que ha sido recientemente restaurado. Seguimos hacia la salida del municipio por una calle entre bajos muros de piedra natural, con el olor de leña quemada que brindan sus chimeneas y que realza la belleza y acogimiento de esta pequeña población de algo más de 500 habitantes.

Debo indicar que el trayecto carece de señalizaciones al estar en proyecto de redefinición por parte de la entidad municipal y que esperemos que prontamente sea una realidad. Aunque en el trayecto inicial existe una indicación que lleva al lugar donde se encuentra el conocido como «Dolmen de Carmonita», al que nos dirigimos mediante una pequeña desviación de la senda cuasi rectilínea que llevamos; cronológicamente establecido como de aproximadamente 3.500 años a.C., está formado por una cámara de forma ovoidal, compuesta por 10 ortostatos, que presenta en su parte delantera un corredor, que actualmente está compuesto por siete ortostatos. La que fuera su tapadera no existe ahora por causas que explicita la entidad municipal en la página web como debidas a las actividades agroganaderas cercanas y a las «excavaciones de rescate».

El recorrido nos permite avistar buitres leonados aposentados en alguno de los picos de las sierras y la compañía del Arroyo de la Sierra, que transcurre unos pocos metros de nuestra ruta, para continuar por caminos flanqueados por jaras a medida que se avanza entre encinas y alcornoques.

Tras atravesar las porteras de acceso a unas fincas que según se nos informa son de propiedad municipal, con algunas naves y viviendas en parte en proceso de restauración, salimos a otros caminos que son ya más agrestes hasta emprender ese ascenso hacia la sierra, con una vegetación ya más tosca y despoblada, con retamas, jaras, y encinas pequeñas.

Este trayecto de subida se nos antoja ya ciertamente complicado, de algo más de un kilómetro por terreno duro y pedrejoso, que merece tomarse con calma pues hay momentos que alcanza porcentajes de casi el 30%, para llegar a la cima y allí localizar el vértice geodésico construido sobre una roca caliza blanca que, da nombre a nuestra ruta del «Hito Blanco», que en esa altitud permite divisar al norte poblaciones como Alcuéscar, las Casas de don Antonio, y Aldea del Camino y los embalses de Nogales y Ayuela, y por el sur los embalses del Horno Tejero y Boquerón, Cordobilla de Lácara, Carmonita, el Rincón de Ballesteros y hasta donde nuestra vista lo permite. No falta la visión del Balneario Fuentes del Trampal.

Tras el oportuno descanso y avituallamiento en este bello paraje emprendemos el regreso con la bajada no menos complicada de ese trayecto que antes tuvimos que subir, para completar de nuevo el trayecto inicialmente superado.

Aun cuando no parece que para algunos animales le resultara convincente el paso de gentío, y no faltaba un presuntuoso pavo que no era consciente de las fechas que vienen.

Un gran día que nos ha permitido visionar uno más de estos bellos parajes de la extensa Extremadura.