Ruta de Santa Cecilia: Senderismo en Burgos

Mi estancia en el Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos) me permite, en las fechas navideñas, disfrutar de la paz de este hermoso lugar, donde la tranquilidad de la naturaleza se combina con la calidez de sus gentes. Este entorno sereno es ideal para reflexionar sobre el año que termina y reunirme con amigos que he hecho aquí en los últimos cuatro años. Compartimos un propósito similar, que va más allá de la amistad: es una búsqueda de crecimiento personal y espiritual. Juntos, en medio de las tradiciones locales, los rezos con cantos gregorianos y el olor a chimeneas, nos contamos historias, reímos y recordamos momentos vividos que nos han unido. Este tiempo compartido no solo me ayuda a recargar energías, sino que también me ofrece la oportunidad de fortalecernos como grupo, fomentando un sentido de comunidad que me acompaña y me inspira a encarar el nuevo año con más claridad mental y física. La belleza del lugar y la conexión con estos amigos hacen que cada Navidad en Santo Domingo de Silos sea una experiencia inolvidable y profundamente enriquecedora.

Entre los aspectos que ahora quiero destacar se encuentran los senderos que circundan por estos valles y que ya, en ocasiones anteriores, tuve ocasión de narrar algunos de los que transité (vid. al final). Ahora, con la compañía de mi buen amigo Mario, emprendo una ruta conocida como de Santa Cecilia, por el hecho de seguir un trayecto lineal de ida y vuelta hasta completar unos 12 kilómetros. El punto de destino se encuentra en la estancia que acoge una hermosa ermita mozárabe conocida por el nombre de Santa Cecilia, situada en el término de la localidad de Barriosuso, municipio de Santibáñez del Val, provincia de Burgos, declarada bien de interés cultural en 1992, y ubicada sobre un mogote rocoso bañado por las aguas del río Mataviejas.

La salida se produce desde Santo Domingo de Silos, por la calle Santo Domingo hasta llegar a una rotonda y proseguir por la carretera que lleva a Yecla, desviándonos inmediatamente por el camino que sale por la derecha y es conocido como de las Estobas. Aquí entramos ya en una zona eminentemente agrícola, en camino de trazado llano y rectilíneo, con hermosas vistas de los valles que están presentes en las inmediaciones. Teniendo en cuenta la estación en la que estamos, el día con ser un tanto frio no lo es en exceso por estar confortado por un tenue sol que suavemente acaricia nuestros rostros.

Mario, un granaino residente en Cataluña, es un compañero solidario que se entrega y dedica a sus colegas para ayudarles en sus problemas laborales, además de disfrutar de la lectura y la escritura. Siempre lleva su portátil para capturar sus pensamientos en cualquier momento libre. Recientemente, publicó un libro titulado Te doy mi palabra, donde narra experiencias con su difunta pareja y sus reflexiones emocionales. Desde hace cuatro años, disfruto de su compañía, las caminatas conjuntas y las conversaciones, que enriquecen nuestras experiencias, mientras la naturaleza se convierte en un entorno inspirador a lo largo del camino.

Y así, completados seis kilómetros llegamos a divisar un pequeño puente romano que fuera atravesado en su momento por una de las principales vías romanas de la península ibérica (vía Clunia SulpiciaAstorgaCaesaragusta). El entorno es de extraordinaria belleza al estar rodeado por el valle de Tabladillo.

Y justo allí, aparece el edificio que alberga la ermita, que se encuentra completamente aislada y situada sobre una loma donde parece deducirse que tendría que haber existido un asentamiento romano (una villa). Esta ubicación le hace –a pesar de su menudez- extraordinariamente hermosa y resulta inevitable sucumbir ante la necesidad de fotografiarse. A los pies de la ermita está la Fuente de los Caños y en la ribera se instala un área recreativa equipada con mesas y parrillas.

La ermita es de finales del siglo IX, y es una de las pocas muestras de la arquitectura mozárabe que se conservan en la provincia de Burgos. Su planta es rectangular con una sola nave, aunque no pudimos acceder por estar cerrada pero que según se menciona en los paneles informativos cuenta con un pequeño santuario cuadrado en la cabecera. El rústico pórtico es un añadido románico de finales del siglo XII, momento en el que también fue sustituida la puerta original por la románica. Sus elementos más destacados se encuentran en el arco de triunfo, que conserva su primigenio trazado de marcada herradura, y en la sencilla tronera, con forma de cruz pometeada, que se abre en el bloque monolítico que hace las veces de ventana del santuario. Sobre el santuario se alza un campanario de época posterior.

Tras ese momento de asueto panorámico, procede desandar el tramo inicial, con el sol recogiéndose a nuestro par, lo que hacía que aceleráramos el paso, totalizando así unos 12 kilómetros en ese trazado vivido que es de escasa dificultad y, por tanto, factible de que pueda realizarse por personas que no dispongan de una esmerada preparación senderista.

Mario y yo nos sentimos felices de haber acometido un nuevo recorrido por las inmediaciones del Monasterio, permitiéndonos conocer con plenitud estas hermosas tierras de Castilla por la zona burgalesa. Confiamos en volver a repetir la hazaña por otros lugares próximos cuando acudamos a esa llamada misteriosa que nos hace sucumbir a la estancia en el Monasterio de Silos.

Rutas coincidentes con la zona:

Desfiladero de Yecla: https://wordpress.com/post/elblogdechano.com/56371

Una ruta por los caminos del Cid: https://wordpress.com/post/elblogdechano.com/57196

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