En unos momentos de mi vida conocí a una familia procedente de Acebo (Cáceres), que me permitió admirar un trabajo artesanal tan difícil y delicado como es el encaje de bolillos. Consiste este oficio, casi exclusivo de mujeres, en una técnica textil de entretejer hilos que inicialmente eran enrollados en bolines, conocidos como bolillos, para manejarlos mejor. A medida que progresa el trabajo, el tejido se sujeta mediante alfileres clavados en una almohadilla, llamada «mundillo». El lugar de los alfileres normalmente viene determinado por un patrón de agujero tos en la almohadilla.
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