Zafra-Río Bodión es una comarca singular que nace a partir de territorios y pasados muy diversos, lo que lejos de diluir su identidad, la enriquece. Por una parte, la comarca es Tierra de Barros santiaguista -Calzadilla, Los Santos, La Fuente- y por otra es Sierra y Dehesa templarias -Burguillos, Valverde, Atalaya, Valencia del Ventoso-. Zafra-Río Bodión es el segmento central del territorio del antiguo señorío de Feria -La Morera, La Parra, Feria, La Lapa, Alconera, espacio de transición entre Los Barros y La Sierra-, y es el territorio de Medina de las Torres y Puebla de Sancho Pérez, ambas santiaguistas, articulados en torno al camino que conducía a Contributa Iulia Ugultuniae, la ciudad romana que vertebraba la comarca en tiempos antiguos.
Cuatro espacios con rasgos físicos e historias bien definidos que, como conjunto, se explican por el magnetismo que sobre ellos ejerce una ciudad, la que da nombre a la comarca. De alguna forma, es el electroimán de Zafra el que explica a unos territorios y a unas gentes que, libremente, han decidido construir unidos su futuro.
La comarca es un espacio de contrastes que gira en torno a la ciudad que le da nombre, un lugar casi sin término municipal que, lejos de sentirse comprimido dentro de sus medievales murallas, se alzó ya entonces como complemento perfecto del mundo campesino que lo rodeaba.
Mientras que en el entorno los pueblos se dedicaban a la agricultura y a la ganadería, Zafra ofrecía espacios públicos para el comercio de esos productos. De esa vocación nacerían sus mercados y ferias hace más de seiscientos años. Una de ellas, la de San Miguel, sigue atrayendo cada otoño a miles de hombres y mujeres llegados desde todos los rincones de Extremadura, la vecina Andalucía, el Alentejo portugués y cientos de lugares más.
La comarca de Zafra-Río Bodión es múltiple y es una. Se trata de un territorio que, con un gran peso histórico sobre sus espaldas, estás salpicado de bellos escenarios, siempre cambiantes en sus formas y colorido. Un territorio que ha sabido conservar formas, ritos y fiestas de hondas raíces, conformando un legado patrimonial del más alto valor. Un territorio jaspeado de casas blasonadas y palacios, murallas, atalayas y castillos, iglesias góticas, renacentistas y barrocas, y una serie de hermosísimos entramados urbanos -enriscados unos, con vocación de llano otros- que siempre cautivan al visitante.
Con una extensión de más de 1.100 km², la comarca agrupa a 15 municipios del sur de la provincia de Badajoz que desde 1993, de forma voluntaria, se agruparon en un proyecto de cooperación intermunicipal basado en la prestación de servicios a los diferentes municipios que la componen para garantizar la igualdad de oportunidades y la calidad de vida de los ciudadanos.
1. MUNICIPIO DE ALCONERA.
Alconera se encuentra en las inmediaciones de Zafra, en dirección a Burguillos del Cerro, no lejos de La Lapa, tratándose de población de llano, recogida y tranquila. Se asienta en un ámbito rico en mármol y piedra caliza, lo que da lugar a una floreciente industria de extracción a campo abierto y elaboración de este material.
A partir del siglo XIV, esta localidad pasa a ser de la casa de los Suárez de Figueroa de Feria. En el siglo XVI alcanzó la categoría de Ducado y , con la desamortización del siglo XIX, pasó a manos particulares.
Cruz de los Caídos. Está situada a la derecha de la Iglesia de San Pedro, en la Plaza de España, haciendo esquina con la calle llamada Avenida de los Príncipes. La Cruz se apoya sobre una escalinata de forma cuadrangular con tres escalones realizados en mármol (material autóctono de la zona). Sobre los escalones descansa una peana, donde podemos ver dos placas una en la parte frontal y otra en la parte trasera, y sobre esta peana se apoya la Cruz..
Las dos placas están realizadas en mármol “ajamonado”, según los lugareños, con unas medidas de aproximadamente 100 cm de alto por 50 cm de ancho. En la placa frontal se puede leer “POR TODOS LOS QUE DIERON SU VIDA EN LAS GUERRAS DE ESPAÑA” y en la placa de atrás aparece en la parte superior una inscripción “MCMXXVI MCMXXXIX” y en la parte inferior “MCMXLIV, esta parece ser la primera placa que había, la placa frontal fue posterior. En la malloria de los pueblos de España, existen placas semejantes recordando todas las personas muertas por uno y otro bando durante la guerra civil.
2. MUNICIPIO DE ATALAYA.
Atalaya se encuentra entre Medina de las Torres y Valencia del Ventoso, en un terreno pizarroso accidentado por las sierras de su nombre, Mora y las Casitas. La cobertura vegetal es de dehesa, monte bajo y matorral.
De origen, muy probablemente, árabe, como así parece indicar su nombre, Atalaya, proveniente del árabe at-talai (los centinelas).
Tras pertenecer originariamente a los Templarios, el lugar se integró como aldea en la jurisdicción de Burguillos del Cerro, dentro del Obispado de Badajoz, alcanzado en el siglo XVII categoría de Villa exenta; no obstante su población es reducida. Sus naturales responden al gentilicio de talayejos.
Iglesia de Ntra. Sra. del Camino. El edificio de la Iglesia está remodelado en época actual mediante el adosado al exterior de unas discutibles molduras de cemento; es de piedra, y presenta fábrica de gran cuerpo dividida en tres unidades volumétricas bien diferenciadas: la cabecera, antiguo torreón defensivo cuadrangular de poderosa estructura, originario del siglo XV, con almenas escalonadas, sobre el que posteriormente se anejó el templo; la nave, también almenada, y una somera torre fachada a los pies, igualmente rematada con almenas. En el interior se conserva una capilla dedicada a la Virgen de las Nieves, advocación peculiar procedente de una ermita existente en las cercanías, desaparecida en el siglo XVIII.
3. MUNICIPIO DE BURGUILLOS DEL CERRO.
Burguillos del Cerro es una localidad declarada Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Histórico Artístico. En su término se encuentran restos de asentamientos de la época celta, romana y visigótica.
Se sitúa en el borde septentrional de la Sierra, a mitad de camino entre Zafra y Jerez de los Caballeros, al abrigo de su poderoso castillo. Inmediato a la población, en un paraje de gran belleza natural, se encuentra un puente medieval de tres arcos, y en la dirección contraria la albuera erigida en el siglo XVIII por el obispo de Badajoz, Merino Malaguilla.
Tras la ocupación del territorio por la Orden del Temple en 1.229, el núcleo quedó incluido en el Bayliato de Jerez. A la disolución de éste, Burquillos se convirtió en Señorío, pasando por numerosas titularidades hasta integrarse en 1.393 como propiedad de Don Diego López de Zúñiga o Stúñiga, Señor de la Casa de Béjar, en cuya demarcación se mantuvo hasta el siglo XIX. En el XVI, y bajo Doña Teresa de Zúñiga y Guzmán, conoció la Villa su mayor esplendor, en tanto que durante las guerras hispano-portuguesas del XVII y XVIII experimentó repetidos arrasamientos y otros avatares.
Castillo. Es el hito más significativo de la localidad, erigido por los templarios en la cima de un cerro y reformado en épocas posteriores. Consta de un doble recinto, con cubos y torreones entre los que destacan la torre del Homenaje y la torre Parda.
4. MUNICIPIO DE CALZADILLA DE LOS BARROS.
Calzadilla de los Barros se encuentra situada sobre la Vía romana que unía el norte y el sur de la Península Ibérica, que posteriormente será el Camino de Santiago para los peregrinos a la Tumba del Apóstol. En el escudo de la localidad figura una franja de plata, en campo de sonople -verde-, símbolo de la vía sobre sus campos.
Pocos, por no decir ninguno, son los vestigios originarios del pueblo, aunque por los restos encontrados, generalmente de cerámica, monedas y la ubicación del núcleo urbano en la vía o calzada romana que unía Itálica con Emérita Augusta, podríamos afirmar sus orígenes romanos.
Iglesia del Salvador. Es de planta rectangular y su única nave está dividida en cinco tramos por medio de unos arcos apuntados de gran tamaño. El acceso a la capilla mayor que pertenece a finales del siglo XV y el resto del templo a principios del XVI. Los materiales empleados son, fundamentalmente, granito y ladrillo. Los sillares de granito solamente se han empleado para el interior del templo; los muros están hechos a base de mampostería y los contrafuertes de ladrillo. La torre es de planta rectangular y está a los pies del púlpito del Evangelio y su material principal de construcción es la mampostería utilizando solamente los sillares de granito para las esquinas. Aunque de arquitectura moderna, alberga en su interior un valioso retablo gótico, obra de Antón Madrid, con 28 pinturas sobre tabla que reproducen escenas de la vida de Cristo y de la Virgen; es uno de los escasos retablos de este tipo existentes en Extremadura y ha sido declarado Monumento Histórico Artístico.
5. MUNICIPIO DE FERIA.
La población que da nombre al Señorío de los Suárez de Figueroa (familia que llegó a tener mucha importancia en Extremadura, siendo primero Condes de Feria y, más tarde, por concesión de Felipe II, Duques de Feria) se asienta en la vertiente meridional de la Sierra Vieja, al noroeste de Zafra.
Se han hallado restos correspondientes a asentamientos humanos prehistóricos (en concreto del Calcolítico) en la zona donde se sitúa el pueblo de Feria. Posteriormente, los celtas, romanos y árabes habitaron la localidad, gracias a su privilegiada ubicación como enclave defensivo.
Los naturales de Feria son conocidos como «coritos«. Los antecedentes del peculiar apelativo no están establecidos con precisión, conectándose con la posición elevada de la localidad; con una supuesta procedencia vasca de sus primeros ocupantes tras la reconquista cristiana, y con otras circunstancias.
Rincón de la Cruz. Se trata de un monumento erigido en 1982, diseñado por Guillermo Silveira, que tiene en su base una piedra que pertenece a un molino de aceite y la que está de pie, a un molino de harina. La columna era de la vieja ermita de San Miguel de los Rapados. La Cruz fue realizada, bajo diseño del escultor, en el taller de cerrajería artística de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Badajoz. en la fiesta del pueblo (3 de mayo) se hace una emotiva ofrenda floral en este monumento.
6. MUNICIPIO DE FUENTE DEL MAESTRE.
La tradición señala su fundación en tiempos del Emperador Augusto, en el año 38 a. C. bajo el nombre de Castra Vinaria, y su existencia en la época musulmana como Fuente Roniel.
Tras la Reconquista perteneció inicialmente a la Orden del Temple, pasando después a la Orden de Santiago con categoría de cabeza de Encomienda. Al Maestre Lorenzo Suárez de Figueroa se atribuye la denominación definitiva del lugar como Fuente del Maestre, así como el escudo de la población. En la época árabe contó con una cerca defensiva, reconstruida después por los cristianos y de la que quedan escasos restos.
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Convento de San Francisco. Es el último de los de esta orden ocupados en la región (fue exclaustrado en 1986), obra de gran cuerpo con hermosa portada, erigido en el siglo XVI. Su construcción se hizo a base de ladrillo enjalbegado.
7. MUNICIPIO DE LA LAPA.
El nombre de La Lapa deriva del portugués Lapa, que en español significa Cueva, Gruta. Se llama así porque en el convento dedicado al patrón de la localidad San Onofre, hay una pequeña cueva que por su situación estaba continuamente manando gran cantidad de agua, que al caer, según algunos escritos, se convertía en dura roca.
Este convento, antes de reconstruirse como tal, fue una ermita y la mandó construir el primer Conde de Feria, Don Lorenzo Suárez de Figueroa en el año 1447, pero su verdadera fundación como Casa Xonsasgrada a la contemplación, tuvo lugar por medio de la Bula Exposcit Tuae Devotionis, promulgada por el Papa Inocencio VIII y fecha en Roma el 5 de marzo de 1489 y dirigida al Conde Don Gómez Suárez de Figueroa.
La Lapa está rodeada de hermosas sierras y unos paisajes preciosos. Abunda la caza, sobre todo jabalíes y zorros. Es una zona muy propicia para hacer senderismo y respirar aire puro. Existen multitud de hierbas aromáticas (orégano, tomillo, lavanda…), flores únicas, que sólo podemos encontrar en ésta zona. También dispone de excelentes encinares, que proporcionan bellotas a magníficos ejemplares de cerdo ibérico.
Por el término de La Lapa pasa el río Guadajira, afluente del Guadiana.
Iglesia Parroquial de San Onofre. Su construcción es moderna, habiendo sido levantada en 1843. Se configura como un edificio de pequeñas proporciones con planta rectangular; interiormente se compartimenta en nave de tres tramos, cubierta con bóveda de lunetos, a la que se abren capillas laterales.
8. MUNICIPIO DE MEDINA DE LAS TORRES.
La población se localiza al sur de Zafra, algo más adelante que Puebla de Sancho Pérez, adentrada ya en los ámbitos serranos de orografía crecientemente complicada.
En lo jurisdiccional perteneció a la Orden de Santiago como cabeza de Encomienda, pasando luego a posesión del Conde Duque de Olivares, y más tarde a la casa de Osuna.
Los antecedentes del asentamiento se encuentran en la Contributa Iuia Ugultuniacum romana del itinerario de Antonino, habiendo constituido también durante la época árabe un foco importante, cuyas reminiscencias se conservan en su apelativo. De ese tiempo data la fortaleza, luego reconstruida por los cristianos, que se enclava a las afueras de la localidad, en el paraje denominado «Los Torreones», presidiendo un marco paisajístico de gran belleza.
Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. del Camino. La fecha de construcción se cree probable que sea del siglo XIV, aunque con añadidos posteriores. Llama la atención sus tres portadas de estilo plateresco y neoclásico, en particular la que da frente a la plaza. En su interior se encuentra una talla de madera de la Virgen en el retablo mayor, con buenas pinturas atribuidas al pintor flamenco Estacio de Bruselas.
9. MUNICIPIO DE LA MORERA.
La Morera se sitúa en las inmediaciones de La Parra, habiendo ostentado en otro tiempo el nombre de Carpio de Mérida. Tradicionalmente se trató de núcleo de escasa entidad poblacional. Así, en el siglo XVIII se le consignan tan sólo 300 habitantes, reduciéndose su estructura a una plaza y cuatro calles llamadas de los Remedios, Derecha, de Badajoz y del Pilar, siendo el resto del lugar ruinas de antiguas construcciones. A mediados del XIX las calles eran ya siete, y los moradores 456.
Iglesia Parroquial de San Lorenzo Mártir. Es el hito constructivo más señalado de la localidad, que se sitúa en uno de sus extremos, ya casi en las afueras. Podría datar del siglo XVII. En ella se distinguen dos partes bien diferenciadas: cabecera de enormes proporciones y nave mucho menor. A los pies se levanta una torre sin concluir, con almenas y somero campanario, cuyo nivel no alcanza la altura de la cabecera. Sobresalen su torre de almenas y con campanario y su sencilla portada, hecha de ladrillo, y en estilo mudéjar.
10. MUNICIPIO DE LA PARRA.
Junto con Zafra y Feria, esta población formó el núcleo inicial del Señorío de los Suárez de Figueroa. El asentamiento se localiza entre dos sierras, sobre un dominio montuoso cubierto de encinas, olivo y matorral, ocupando un paraje con abundancia de agua y vegetación en el que proliferan los huertos, cuya hermosura natural resulta resaltada por todos los cronistas desde la antigüedad.
El enclave domina el único paso natural existente en la fragosa orografía de la zona, sobre el itinerario histórico entre Mérida y Jerez de los Caballeros. A esta circunstancia se atribuye su aparición en ese lugar, tratando de conectarlo con una casa fuerte establecida ahí por los Templarios para dar seguridad a las comunicaciones. Restos de tal construcción aún se conservan a las afueras del caserío, frente al pilar de la calle Fuente. En las inmediaciones del núcleo se encuentra una sierra llamada «de la Horca» en la que según la tradición se alzaba el patíbulo en el que se ajusticiaba a los salteadores que merodeaban por los alrededores.
Como reminiscencia de sus antecedentes árabes, las leyendas locales hablan de unas misteriosas galerías subterráneas llamadas «las morunas», que al parecer recorrían el pueblo por debajo de las casas, comunicándolo con los castillos y sierras del entorno.
Merced al impulso repoblador dado a sus dominios por los Señores de Feria, La Parra llegó a alcanzar en ciertas épocas casi 5.000 habitantes, siendo sede de una de las comunidades judías más numerosas de Extremadura.
Antiguo Convento de las Clarisas. Erigido en 1673, es un edificio de sencilla construcción, que conserva su reducido claustro y la bella portada granítica de la antigua portería. En 1979 fue desalojado por sus últimos ocupantes dedicándose ahora, tras su rehabilitación, a hospedería y centro cultural.
11.MUNICIPIO DE PUEBLA DE SANCHO PÉREZ.
Puebla de Sancho Pérez se enclava en las inmediaciones de Zafra, en dirección a mediodía, sobre un dominio de ondulaciones cubiertas de dehesa, que se conectan ya con las escabrosidades de las sierras del sur, acogiéndose al acusado seno que en ese punto configura la carretera que se dirige a Medina de las Torres.
La población está situada en una loma circundada por otras mayores en la «Ruta de la Plata».
No se sabe cuando fue fundada la villa por haber desaparecido todos los documentos en la guerra contra los franceses, aunque entre los más viejos se conserva el dicho de la “La Gran Sansonia”, empezó a llamarse como hoy la conocemos hacia el año 1224, habiéndose encontrado restos romanos en diferentes lugares del término municipal.
Perteneció a la Orden de Santiago (1225), Obispado de San Marcos de León con capital Episcopal en Llerena, a cuyo Priorato perteneció.
Entre las 47 encomiendas que Extremadura contaba, Puebla de Sancho Pérez tuvo una con fuero propio, construida en 1.498 aunque posiblemente ya existiese en 1.494 y la nueva en 1.503, de la que aún se conserva algo. Con la desamortización de Mendizábal entre 1.837 y 1839, pasa a manos de particulares, entre ellos Don Diego Sánchez Guerrero, natural de Fuente del Maestre, por venta.
El gentilicio de los naturales de Puebla de Sancho Pérez, es peranos, aunque a nivel familiar son conocidos en el partido judicial como «zorros», apelativo que también se aplica a los de Fuentes de León.
Plaza de Toros. De planta rectangular, con la peculiaridad de no ser una plaza de toros con capilla, sino que es un santuario con plaza de toros adosada, que además es considerada, entre los expertos del mundo taurino, como la plaza de toros más antigua de España al ser inaugurada en el siglo XIV.
12. MUNICIPIO DE LOS SANTOS DE MAIMONA.
El término municipal tiene una extensión de 109,02 kilómetros cuadrados. Se sitúa al borde de la Vía de la Plata.
Los orígenes de esta población se remontan a la época del Calcolítico (2500 años a. C.). Los primeros asentamientos se localizan en la Sierra del Castillo, donde se han encontrado restos arqueológicos que lo demuestran y que se encuentran en el Museo Municipal: pesas de telar, fragmentos de cuchillos de sílex…
Continúa la población viviendo durante la Edad del Bronce y sobre el año 50 a.C. fue ocupada por los romanos, en esta época el pueblo comienza a organizarse y se sitúa en medio de una de las grandes calzadas de aquellos momentos, (Vía de la Plata) que unía Mérida con Sevilla, y nuestras sierras pasan a ser las fronteras entre la Bética y la Lusitania.
Más tarde sobre el 712 fue ocupada por los musulmanes, al parecer fue un clan de una de las siete tribus bereber, llamado “ Banu Maimun”, la que se asentó aquí y nos dejó su huella toponímica, recuerdo del paso de este pueblo es el inicio del mismo, donde ahora tenemos el casco antiguo, parece ser que era un alto al que llamaron Cabezo de Maimona y desde donde comienzan a organizar y trazar sus calles. Otro reducto de su paso son las numerosas norias y molinos situados en las huertas alrededor del pueblo y que algunas han llegado hasta nuestros días.
En 1240 llegan los cristianos a esta zona con la Reconquista, es durante el reinado de Fernando III el Santo y fue Don Rodrigo Iñiguez Maestro de la Orden de Santiago quien lo conquistó, quedando la Orden con el título de Encomienda, así pasa a pertenecer a la Orden de Santiago y será en el Siglo XVI cuando alcance su mayor prosperidad, siendo también de esta época sus monumentos más importantes.
Iglesia de Ntra. Sra. de los Ángeles. Se halla aproximadamente en el centro del caso urbano, no lejos de la que fuera Casa de la Encomienda de la Orden de Santiago, hoy Ayuntamiento. La obra originaria del siglo XVI, constituye una realización gótico-renacentista de gran porte, con esbelta torre y soberbias portadas platerescas, entre las que destaca la del Perdón, una interesante realización renacentista. El interior es de tres naves cubiertas con bóvedas de crucería, albergando un buen retablo mayor del siglo XVII.
13. MUNICIPIO DE VALENCIA DEL VENTOSO.
Valencia del Ventoso se localiza en el borde meridional del ámbito zafrense, ya en plenas estribaciones de las sierras del sur, sobre un terreno cubierto de dehesa y monte bajo, de destacada hermosura natural. Perteneció también a la Orden de Santiago con categoría de Encomienda.
El núcleo ocupa un asentamiento en suave pendiente, configurando una estructura radiocéntrica en la que el caserío adopta forma de abanico, con las calles principales proyectándose en distintas direcciones a partir del foco que ocupa la iglesia parroquial. Otras construcciones surgieron posteriormente sobre el lado contrario de esta trama primitiva, hasta conectar con el palacio-castillo que aparece en el extremo opuesto.
Según la tradición, la población se asentó originariamente en lugar distinto, sobre el paraje denominado «El Cañuelo» y otros próximos regados por el arroyo Ventoso, denominándose entonces Valencia de Alba Real, apelativo corrompido después en Valencia del Barreal o Barrial. Más tarde, el poblado cambió su emplazamiento al sitio actual, para evitar las inundaciones del arroyo y lo insano del lugar, adoptando el nombre presente.
En la actualidad existe en las proximidades del pueblo una pequeña presa para abastecimiento de agua, construida sobre el río Ardila.
Los naturales son conocidos jocosamente en el partido judicial por el apelativo de «atravesaos».
Castillo. Llamado así aunque en realidad se trata oficialmente de una casa-fuerte, sirvió de sede de la Encomienda de la Orden de Santiago. Comenzó a construirse en 1477, bajo las órdenes del Comendador Rodrigo de Cárdenas. Las obras de construcción se dilataron en el tiempo durante un siglo, finalizándose la fortaleza en 1587, ya en tiempos de Felipe II, como así refleja el escudo señorial que hay sobre la puerta principal. Curiosamente no se trata de un castillo situado en alto, como la mayoría de edificaciones de este tipo, ya que la idea de su construcción no fue ni defensiva ni militar, aunque sí aparece sobre una base rocosa para darle mejor sustento. Algo que en Valencia del Ventoso conocen popularmente como las Resbaladizas. Se halla este castillo un poco a las afueras de la población. Cuando nos acercamos a él descubrimos su planta hexagonal y sus recios muros almenados. No es quizás tan espectacular como otros castillos que forman parte de la ruta de castillos por el sur de Badajoz, pero sí que ofrece todas las características de este tipo de construcciones.
14. MUNICIPIO DE VALVERDE DE BURGUILLOS.
Está situado entre Zafra y Fregenal de la Sierra. De reducida entidad, y próxima a Burguillos, fue siempre aldea dependiente de esta Villa como indica su apelativo.
Fuente del Pocito. En Valverde de Burguillos constituyen piezas de valor etnográfico destacado las fuentes llamadas del Pocito, de la Reina construida en 1905 y Pilar del Charco.
15. MUNICIPIO DE ZAFRA.
La ciudad está situada al suroeste de la provincia. Es uno de los municipios más importantes de su provincia y está considerada la capital del extremo sur de la región.
Zafra aparece definitivamente en la historia durante la dominación musulmana en el siglo XI. Ocupada definitivamente por Fernando III en 1241, fue donada a los Suárez Figueroa en 1394, junto con Feria y La Parra para constituir el Señorío de Feria. A lo largo de los siglos XV y XVI comienza a desarrollarse como centro artesanal y comercial de una gran comarca, actividad que alcanza aún mayor relieve a partir del siglo XIX y que se mantiene en la actualidad. La tradicional feria de ganados de Zafra se celebra desde el siglo XIV.
En el siglo XV los Suárez Figueroa construyen una cera amurallada jalonada por cubos que rodeaba por completo la ciudad y en la que se abrían ocho puertas, de las que perduran en la actualidad la del Cubo, del Palacio y de Jerez. La trama urbana dentro de la cerca se articulaba en torno a la Plaza Chica, rodeada de soportales y lugar del mercado. En el siglo XVI se construye la Plaza Grande, de mayores dimensiones y unida a la anterior por el popular «Arquillo del Pan».
En 1882, Alfonso XII concedió a Zafra el título de Ciudad, con el apelativo de Muy Noble y Muy Ilustre. En consideración a sus contenidos, en 1.965 la población fue declarada Conjunto Histórico Artístico de Interés Nacional, tratamiento que ya detentaba el Alcázar desde 1931.
Plaza Chica. Mide 40×25 m y tiene 27 soportales. Estos son de arcos de medio punto que se apoyan sobre columnas de granito y mármol de variados capiteles. Hay dos columnas que son romanas. El espacio central acoge una cruz de forja sobre una columna de mármol. Esta Plaza era lugar donde se celebraban los mercados semanales autorizados desde el siglo XIV (1380).
Iglesia de Santa María de la Candelaria. Es de mediados del siglo XVI, que constituye el edificio religioso más importante de la ciudad de Zafra, colegiata desde el siglo XVIII a mediados del XIX. Es de estilo gótico, construida por encargo del tercer duque. Cuenta con el suntuoso retablo barroco de la Capilla Mayor, esculturas de Juan de Arce y nueve lienzos de Francisco Zurbarán en el retablo de la capilla de los Remedios pintados en 1644, encargados por el noble don Alonso de Salas Parra; el retablo de la capilla de la Virgen de Valvanera es churriguesco; cuenta con un importante museo. Su pila bautismal es de estilo mudéjar y su órgano es del XVIII.
Parador de Zafra. En el siglo XV (entre los años 1437 y 1443) se construye el Alcázar, de planta cuadrangular con varios cubos adosados entre los que destaca la torre del homenaje. Aunque con aspecto de fortaleza militar su interior se diseñó como residencia palaciega de los Duques de Feria. En las reformas del siglo XVI se construyó el monumental patio renacentista, con trazas de Juan de Herrera. Merecen particular mención los artesonados que cubren la Capilla y la Sala Dorada. Actualmente el Alcázar se ha convertido en Parador de Turismo.