Mirando hacia el norte de la localidad de Elvas, sobre una colina cercana puede verse la silueta del Fuerte de Graça, otra gran fortificación que integraba el sistema defensivo de esta ciudad fronteriza.
El origen de esta fortificación hay que encontrarlo en la Guerra de Restauração (1640-1668), en el que se vio que hacia el norte, en la elevación de mayor altitud -monte da Graça- hacía falta una defensa que impidiera la ocupación enemiga: a tiro de cañón quedaba el castillo medieval y la población en general. Su ocupación ya le ocasionó graves trastornos en el Cerco de 1658-59, y especialmente volvería a servir para una acción gravosa durante la Guerra de los Siete Años, en 1762.
De ahí que, bajo el reinado de D. José I, su primer ministro -el Marqués de Pombal– decidiera encargar el proyecto de construcción de un fuerte al Conde de Lippe, reorganizador del Ejército portugués. Las obras se iniciaron en julio de 1763, bajo la dirección primero del ingeniero francés Étienne e inmediatamente después por el coronel Guilherme Luís António de Valleré, estando operativo en 1792, si bien obras adicionales se prolongaron a lo largo de treinta años. Trabajaron allí 6.000 hombres, sirviéndose de 4.000 animales.
Resistió los cercos de la Guerra de las Naranjas (1801) y de las Guerras Napoleónicas, en las que destacó el bombardeo sin ocupación de las tropas del general Soult en 1811. Posteriormente sería desactivado como maquinaria defensiva, pasando a ser en el siglo XX, y especialmente durante la dictadura de Salazar, prisión militar. Instaurada la democracia, tras la Revolução dos Cravos (Revolución de los Claveles), queda sin uso, aunque con vigilancia del Ejército, que en los últimos años, a medida que se desmantelaban los cuarteles de Elvas, se relajó, pasando al abandono.
En este estado de abandono lo descubro, en uno de los muchos trayectos que he recorrido junto a mi hijo en bicicleta de montaña. Tras una subida tremenda, en un camino que estaba intransitable, llegamos a una fortificación de enormes dimensiones que llenó nuestra curiosidad. Aunque el acceso no estaba permitido, nos atrevimos a hacerlo porque ver aquello de lejos sin descubrir su esencia no resultaba posible. Caminar en el silencio, entrando por pasillos y viviendas abandonadas, hasta subir a lo más alto de la vivienda del Gobernador y divisar desde allí arriba esta belleza nos entusiasmó. Tanto que advertía que si algún día aquello era restaurado sería de las bellezas más grandes del mundo. Afortunadamente, y para que podamos ver la progresión experimentada, hice fotografías del estado en que se encontraba en esa fecha (23 de febrero de 2014).
En poco tiempo se hace público que las gestiones realizadas por la Cámara Municipal de Elvas para rehabilitar el Forte, han culminado con las ayudas europeas que han permitido, en el increíble tiempo récord de once meses, rehabilitar el fuerte para pasar de ser un monumento en estado de ruina a una esplendorosa joya que es ejemplo de lo que debe ser una restauración y rehabilitación. Desde finales del año 2015 puede visitarse.
El fuerte cuenta con una única puerta de acceso, conocida como Puerta del Dragao. Sobre su dintel dos cañones cruzados recuerdan las piezas españolas que tantas bajas causaron en la batalla de las Líneas de Elvas. Tras atravesar el primer foso y salvar un puente levadizo, otra monumental puerta cruza la imponente Magistral: construcción en forma de estrella formada por cuatro baluartes –Badajoz o Estación (NE), Elvas (SE), Santo Amaro (SO), y Malefa (NO)-. Por último, llegamos al Reduto central donde encontramos tres plantas (iglesia, casa junto con el comedor, y palacio del gobernador).
El cuerpo principal del fuerte se inscribe en un cuadrado de 145 metros de lado, con los vértices facetados (octógono irregular) y apuntados para las cortinas, para mejor resistencia y permitiendo una mejor circulación en el foso. Este reducto presenta:
- En subterráneo, una cisterna de ocho compartimentos.
- En el primer piso, dos enormes corredores que se cruzan en espacio circular central –con cúpula dotada de cuatro tribunas elípticas- y otros compartimentos (con hospital, a principios del siglo XIX).
- En el brazo sur de esta cruz fue construida la capilla en los años 50 del siglo pasado.
- En el segundo piso, un corredor alrededor de la referida cúpula, dando acceso a compartimentos radiales que se unen a otros de menores dimensiones (que alojaban oficiales y constituían almacenes en 1875), disponiendo de cañoneras elípticas y fusileras que baten los terraplenes de las cortinas y de los baluartes.
- En el tercer piso, una terraza –con varios dispositivos de defensa (parapetos, fusileras, matacanes y cañoneras emparedadas)- sobre el cual se levanta la casa del gobernador, de dos pisos más y terraza (sexto piso) rodeando la cúpula de la sala central del quinto piso.
- Hay que referir también, en el foso del reducto central, y adosadas a las golas de los baluartes, varias instalaciones con múltiples funcionalidades en el tiempo del presidio, pero que constituían originariamente polvorines.
- Bajo el terraplén de la cortina sur encontramos, al lado derecho del corredor, dos salas redondas sobrepuestas y abovedadas, con una enorme columna central. La planta superior, con chimenea, fue cuerpo de guardia.
- Curiosa es, también, la localización de pequeños cuarteles para oficiales sobre las cañoneras de los baluartes (así son referidos en la descripción del viaje del Príncipe de Waldeck, en 1798, y en planta de 1827).
- En relación a los dormitorios (que también sirvieron de prisión), ocupaban los túneles con fusileras que corren en las cortinas, faces y flancos de los baluartes, dotados de chimenea, a los que se accede por los pasillos subterráneos de las líneas capitales; también los túneles de la contraescarpa del primer foso podrían ser usados con el mismo fin.
- Completando la descripción, la zona norte presenta un hornabeque, dotado de cortaduras, revellín y todo el conjunto está envuelto por foso, contra-escarpa con contraguardias y camino cubierto bordeado por pozos o cuevas de lobo en varios sitios, pero sobre todo guarneciendo la zona norte que dispone, también, de contraminas en las líneas capitales.
En definitiva, una fortificación digna de conocer en su estructura, con una albañilería de gran calidad, y que se convierte también en un lugar privilegiado para divisar la panorámica de una extensión considerable, Las futuras ayudas que esperan recibirse permitirá que pueda adquirirse el equipamiento interno que redunde en una mayor idea de lo que fue en su momento.