Aventura Otoñal: Senderismo en el Castañar de Montánchez

Con el afán de conocer los senderos que permitan practicar esas caminatas que tanto atraen mi atención, me acerco con el Grupo Universitario Multiaventura de la Universidad de Extremadura, en este otoño que permite vestir los terrenos boscosos de un colorido especial, y de la mano dirigente de Eduardo e Iván como profesionales del Servicio de Educación Física y Deportiva de la entidad universitaria, a las inmediaciones de la localidad cacereña de Montánchez, situada a unos 50 kms. de la capital de provincia y 105 kms. desde la vecina capital extremeña de Badajoz.

Montánchez se sitúa al sur de la provincia de Cáceres, sobre un collado que se asoma a la vertiente del Tajo y a la del Guadiana, recibiendo el nombre de esa sierra a la que ahora nos acercamos para conocer ese corredor ecológico de excepcional valor que posee y que emerge desde los suaves relieves de los llanos circundantes hasta elevarse hasta los 994 metros. Esta altitud hace posible que estén presentes diferentes tipos de vegetación, con la peculiaridad de esas partes donde aparecen grandes formaciones de robledales y castaños que reemplazan a los alcornocales y encinares. Propicia todo ello esta nueva aventura que afrontamos con entusiasmo en un día de temperatura cálida, aunque no falten momentos de fuerte viento y de formaciones de nieblas que impiden en algún momento la visibilidad desde las zonas más altas.

De las diversas rutas senderistas que permite este entorno vamos a tomar como principal la conocida como ruta circular «De donde nace» (que hace referencia al nacimiento del Arroyo de los Molinos), aunque la veamos ampliada con parte de tránsito de la denominada ruta «del Castañar» y alguna desviación para conocer el punto de altitud de mayor altitud de la sierra en el «pico Montánchez» o al conocido como «Cancho que se menea». Con todo ello nos encontramos ante una ruta de aproximadamente unos 11 kms. y de tránsito moderado, especialmente dificultoso y un tanto peligroso en las zonas de pedrería que se encuentra cubierta por una considerable hojarasca humedecida que se asienta en este tiempo como propia de la estación en la que nos encontramos.

La primera parte del camino se hace saliendo del pueblo entre vides y olivos con poca pendiente para llegar, tras un primer kilómetro, al comienzo del castañar que presidirá una buena parte del recorrido inicial. Entre un denso castañar discurre un camino empedrado lleno de hojas caídas de esta rica y abundante arboleda. Y una belleza natural por el mucho musgo que se agolpa en las paredes de piedras que delimitan las zonas. Eso sí, si pretendiésemos encontrar alguna castaña nos íbamos a quedar con las ganas por el buen recaudo que han hecho anteriores visitantes de días precedentes. Ni tan siquiera si se quisiese adentrarse en el castañar.

A la salida del castañar el camino se presentan variantes entre zonas de tierra y empedrado y, en las inmediaciones, los robles predominan en el paisaje. Con pequeñas subidas y bajadas, se llega a la zona sur de la ruta, desde aquí se puede observar la garganta de los molinos, aunque ahora se encuentre seca en la caída de las aguas por la sierra, y al fondo, una vista del pueblo de Arroyomolinos, y los restos de algunos molinos en las laderas y que pueden divisarse desde la lejanía.

El camino se va estrechando hasta que se convierte en una senda corta que discurre entre la maleza. Hasta el comienzo de la subida de mayor pendiente que nos llevará hacia el norte, a la cota más alta de la ruta, el «Pico Montánchez» (994 metros), donde se encuentran las famosas antenas de televisión, radio y de comunicaciones. Para ello hay que hacer un desvío y adentrarse en una propiedad privada, la finca Roble Gordo. Aquí encontraremos un lugar propicio para hacer un alto y reponer energías.

En sus proximidades se encuentra el célebre «Cancho que se menea», lugar desde el que se pueden contemplar vistas amplísimas, desde pueblos como Almoharín hasta Cáceres al fondo, o Trujillo, entre otros. Un recorrido en ese horizonte que aproxima lo que puede imaginarse lejano. Y presidiendo el punto se encuentra un monumento megalítico que seguramente fuera objeto en su momento de adoración como dios de la Sierra y al que se atribuyó la capacidad de hacer fértil a quien, abrazándose a ella, la movía ligeramente, ya que bastaba empujarla suavemente para que se balanceara. Ya conocemos pues de donde procede su denominación. Se componía originariamente de tres piedras de distintos tamaños: el pedestal, plinto y cabeza o piedra bamboleante, con una altura total de 3,68 metros, incluido el pedestal de 1,09 metros, y un peso de 15 toneladas.

El monumento tiene también su historial negativo. Durante el verano de 1937, en plena guerra civil, un grupo de soldados desplazados a la zona consiguieron abatir lo que la naturaleza no había podido tumbar durante milenios. Y así, tirada en el suelo, permaneció casi 80 años, hasta que en 2013 se recuperara este monumento del olvido, esta vez, sin su punto de equilibrio, por lo que el conjunto de tres rocas necesitó ser sostenido por un tubo metálico en su interior. Con todo, merece que inmortalicemos el instante actual con las oportunas fotografías, entre la que no puede faltar la que es del grupo.

Tras ello, y recuperando el camino originario de la ruta, se inicia el descenso, atravesando de nuevo el denso castañar. En pocos metros se desciende de toda la altura ganada por un camino empedrado, y que podemos decir se ha convertido en la parte más complicada por la posibilidad de resbalones, aunque hermosa en el conjunto de lo que la rodea, pudiendo ver algún que otro chozo pastoril.

Una nueva parada es obligatoria antes de culminar el recorrido. Lo es en el «Mirador» construido artificialmente en madera; un sitio fotogénico para inmortalizar la imagen próxima de Montánchez con su famoso castillo, y la ciudad de Cáceres en el horizonte.

Cumplimos así un bello recorrido otoñal, en un paraje que deja la impronta de esta bella Extremadura que tantos saltos da en sus bellezas abiertas al descubrimiento de los visitantes.

5 comentarios en “Aventura Otoñal: Senderismo en el Castañar de Montánchez

  1. Avatar de Manuel Cuenca Ruiz Manuel Cuenca Ruiz

    Estimado amigo Chano. Aunque en muchos casos no te envíe comentarios, no por eso dejo de leer tus crónicas senderistas. Siento envidia sana de no poder participar por dos motivos : uno la lejanía y otro mi edad. Esta no me permite ya ciertas actividades lúdicas. Disfruto muchísimo leyéndote. Un fuerte abrazo

    Le gusta a 1 persona

    1. Muchas gracias Manolo. Sé que disfrutaríamos mucho con estas aventuras pero te tengo presente y deseo que podamos vernos nuevamente en nuestro querido Silos. Entre tanto te agradezco tus lecturas. Escribo para vosotros. Un fuerte abrazo y hasta pronto.

      Me gusta

Replica a Priti Cancelar la respuesta