13. MUNICIPIO DE MIRANDILLA.
Mirandilla se encuentra situado en la vertiente septentrional de la provincia de Badajoz, enclavado al norte de Trujillanos y San Pedro, algo mayor que éstos, correspondiente también al área directa de influencia de Mérida. Su fundación fue realizada, según unas versione, en el siglo XIII por gentes oriundas de Miranda de Ebro; y según otras, en el XIV, por pobladores portugueses llegados de Miranda de Duero.
De su reducido núcleo inicial y del origen de sus primeros ocupantes se hace derivar el topónimo de Mirandilla. Se unieron más tarde los enclaves inmediatos de la Atalaya de Ramos y Muñina, consolidando un asentamiento de mayor entidad.
Iglesia de Santa María Magdalena. Construida en el siglo XVI, posiblemente sobre otra anterior. Su planta es de nave única. Posee cinco capillas a un costado del Evangelio, con cubiertas de diferentes tipos, y la sacristía, con una interesante ventana gótica de arco conopial, hoy tapiada. El retablo mayor es de estilo barroco de buena factura, compuesto por un solo cuerpo con gran ático. Es de destacar también la torre fachada, de sillería de acudo protagonismo, en la que se puede encontrar una bellísima portada. Otra de mayor antigüedad aparece en el lado de la Epístola. La cabecera, de mayor altura que la nave, es cuadrada, con cúpula sobre trompas.
14. MUNICIPIO DE MONTIJO.
La localidad de Montijo, corazón de las Vegas Bajas del Plan Badajoz, se sitúa sobre la orilla derecha del Guadiana a mitad de camino entre Badajoz y Mérida, constituyendo el foco de articulación de los nuevos poblados erigidos sobre los terrenos puestos en riego.
Aunque habitada en épocas anteriores, la villa de Montijo adquiere pujanza con la repoblación de la Orden de Santiago en el siglo XIII. En el siglo XVI se funda el Señorío de Montijo, después Condado, significándose la VI condesa de Montijo y cuya nieta fue la célebre Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia.
Hacia el norte de Montijo, a partir de las fértiles vegas se abre un territorio de dehesas y pastizales, bien conservado en su estado natural y rico en caza en el que, bastante alejados, tan sólo se localizan núcleos habitados La Nava de Santiago y La Roca de la Sierra, enclaves correspondientes ya a las estribaciones de las sierras de San Pedro.
En sus proximidades se localiza la presa de Montijo, pieza fundamental en el sistema de regadíos del Plan Badajoz.
Iglesia San Pedro Apóstol. Fue construida siguiendo el estilo gótico. Conforme a un documento parroquial fue terminada en 1574; se restauró en el siglo XVII. Sobre un zócalo de sillares graníticos se emplaza la esbelta torre, divida en cuatro tramos. A los pies de esta torre se abre la puerta principal, de arco de medio punto.
15. MUNICIPIO DE LA NAVA DE SANTIAGO.
La Nava de Santiago se localiza entre Mérida y La Roca de la Sierra, en un dominio de terrenos ondulados cubiertos de dehesa, ocupando el centro de un territorio en el que los asentamientos poblacionales resultan escasos y alejados entre sí.
Su aparición es tardía, estimándose fundado no antes del siglo XIV como aldea de Mérida. Más tarde recibió como anejo el caserío de Santa Ana, desaparecido en el XVII.
En el pasado ostentó los nombres de Nava de Mérida, Nava del Membrillo, o simplemente La Nava, asumiendo su denominación actual de Nava de Santiago sólo a partir de 1916.
Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción. Representa el foco constructivo más sobresaliente de la localidad. Está situada en el centro del núcleo de la población, sobre un angosto remanso de la calle Real, erigida quizá sobre la vieja ermita de Santa Quiteria, con la fachada principal extrañamente dispuesta hacia el lado contrario que el caserío. Aunque de pequeñas dimensiones, su valor histórico-artístico resulta muy destacable. Su fábrica es de mampostería y sillares, llamado particularmente la atención por su estructura y plasticismo, la torre sobre arco con edículo cilíndrico adosado que se alza a los pies, así como también el arco pasante del lado contrario.
No menos atractivo resulta el interior, en el que se hace notar la capilla de Santiago, erigida en 1662 por doña Juana de Ovando, cuyas armas la presiden, con cúpula cubierta de atractivas pinturas. En sus ángulos se abren hornacinas en las que se alojan imágenes de mármol de los cuatro Evangelistas, con buena talla. El retablo de esta capilla es el que hoy preside el alter mayor en sustitución del realizado para el mismo en 1757 por el entallador trujillano Juan de Olivenza, hoy desaparecido, luciendo en su lugar una pintura de ánimas de ingenua ejecución.
16. MUNICIPIO DE OLIVA DE MÉRIDA.
Situada a levante de Alange y La Zarza, Oliva de Mérida es otra de las grandes poblaciones del Partido Judicial emeritense. Se localiza en el ámbito accidentado de las sierras de Peñas Blancas y del Conde, abriéndose hacia los territorios de Medellín y Don Benito.
La tradición le atribuye orígenes legendarios que se sitúan en época prerromana. Aunque es seguro que ya existía en época árabe, las primeras noticias documentadas datan de su ocupación en 1234 por Fernando III. Bajo los cristianos quedó como posesión de la Orden de santiago, incluida en el Partido de Hornachos y después en el de Llerena, siendo su denominación tradicional Oliva de Extremadura a fin de distinguirla de Oliva de Jerez.
Su entorno es agreste y de acusado atractivo paisajístico. En la crestería de la Sierra del Espíritu Santo perduran vestigios de lo que se supone una fortificación musulmana, en tanto que en la de Los Escolares, por el camino de Vistalegre, se encuentran abundantes grutas como las de la Charneca y el Trago, de interior aún no explorado.
Morfológicamente se trata de un centro marcadamente rural, compuesto por calles de amplias proporciones y casas blancas de tipo campesino, con el carácter aún bien conservado.
Oliva mantiene, entre sus actividades más tradicionales, la artesanía del barro.
Fuente. En el interior de la población puede advertirse la existencia de una fuente, conocida como «El Pilar», compuesta de cuatro caños que vierten el agua a un recinto cilíndrico, con el característico remate bulboso que, a su vez, traslada la misma a un amplio abrevadero rectangular.
17. MUNICIPIO DE PUEBLA DE LA CALZADA.
Puebla de la Calzada es un municipio de la provincia de Badajoz, situado dentro del partido judicial de Montijo, de cuya localidad sólo le separa el arroyo Cabrillas. Tiene una superficie de 14,12 km2.Esta localidad surge bajo la influencia de la calzada de Mérida a Lisboa, cuyos restos se mantuvieron visibles hasta su destrucción hace pocos años, por el trazado de una carretera local.
El núcleo tiene sus antecedentes en la Aldea del Rubio, fundada por la Orden de Santiago en el siglo XIII sobre la misma orilla del Guadiana, justo frente a Lobón.
En el siglo XIV y debido a que por su proximidad al río sufría continuas inundaciones, el Maestre Lorenzo Suárez de Figueroa, ordenó su traslado a lugar más alejado de la corriente, refundándose la población en el punto que hoy ocupa, con sus antiguos habitantes, más otros procedentes de algunos caseríos vecinos, como las Casas, Campomanes, etc. El nuevo enclave, cuya entidad en esa época era de alrededor de un millar de almas, quedó integrado con categoría de aldea en la jurisdicción santiaguista de Mérida, bajo la dependencia directa de la encomienda de Lobón.
En 1581 fue convertida en villa y adquirida por doña María Enríquez, condesa de Montijo, pasando a integrarse en las posesiones de éste Señorío. Por tal causa, durante mucho tiempo, el pueblo ostentó el nombre de Puebla de Montijo.
En 1644, la población fue incendiada por los portugueses durante la guerra de Sucesión al trono de España, en el transcurso de la Batalla de Montijo, en la que los lusitanos resultaron derrotados por el Marqués de Torrescusa.
Palacio del Marqués de la Vega. En la arquitectura civil de Puebla de la Calzada llama la atención este palacio, singular edificación del siglo XIX, de arquitectura ecléctica con reminiscencias coloniales, cuya gran presencia se hace notar entre las construcciones que la rodean, y hoy dedicada a centro escolar.
Ayuntamiento. La arquitectura de Puebla de la Calzada está centrada fundamentalmente en su plaza centra, presidida por la Casa Consistorial de armónica estructura, según el modelo tradicional, y rodeada de otras construcciones de interés como el Colegio de Nuestra Señora del Carmen y la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Encarnación.
18. MUNICIPIO DE PUEBLA DE OBANDO.
En el límite noroccidental de la provincia de Badajoz se encuentra el municipio de Puebla de Obando, cerca de la frontera extremeña de Cáceres, sobre un territorio de 23 kilómetros cuadrados. Se sitúa en el ámbito de las sierras de Loriana y el Vidrio, sobre un dominio paisajístico montuoso de agreste belleza, dominando el puerto de El Zángano, en el límite con la Alta Extremadura.
El caserío, en cuyo núcleo tradicional se conserva poco transformada la arquitectura característica de la zona, presenta estructura crucial, definida por las dos vías principales que se cruzan en la plaza central, donde se alza la iglesia parroquial. La que se prolonga por el costado del Evangelio se ha desarrollado extraordinariamente, originando un apéndice de enorme extensión que va a desembocar a la carretera de Cáceres. La huella histórica de los romanos en la zona se hace visible en el trazado y concepción de la urbe.
Ermita de San Isidro. Erigida al patrón de los agricultores y del pueblo obandino a la hora de su festejo de romería. Es tradicional, días antes de la romería, que todas las familias delimiten el lugar que van a ocupar, alrededor de grandes alcornoques con la vista al fondo de La Charca, junto a la cual se sitúa la Ermita de San Isidro. Todo el paisaje, presidido por la Sierra Gorda.
19. MUNICIPIO DE LA ROCA DE LA SIERRA.
El municipio de La Roca de la Sierra se halla ubicado en la zona noroccidental de la provincia de Badajoz, cercano a la línea de frontera con la provincia de Cáceres, en el centro que divide las dos entidades extremeñas. Su territorio se extiende por unos 110 kilómetros cuadrados aproximadamente. De orografía montañosa, el municipio de La Roca de la Sierra se ubica en torno a la Puebla de Obando y Badajoz, entre la Sierra de San Pedro y el río Guadiana.
Antiguamente se llamó Aldea de Manzanete, o Puebla de Manzanete, perteneciendo a Badajoz.
Los restos de monumentos megalíticos que aún se conservan en su término municipal -se han localizado dólmenes en la Dehesa de la Muela, la Dehesa Luriana y en las proximidades del núcleo urbano- están testimoniando actividad humana en la zona desde época prehistórica. Tales construcciones forman parte de un apéndice meridional de la gran concentración dolménica en Valencia de Alcántara -Cáceres-.
Fuente
20. MUNICIPIO DE SAN PEDRO DE MÉRIDA.
San Pedro de Mérida se sitúa un poco más adelante que Trujillanos, también sobre el antiguo camino Real a Madrid, que condiciona asimismo su estructura sobre el itinerario. Sus antecedentes parecen encontrarse en una basílica visigoda existente en ese punto, sobre la que más tarde se consolidó una iglesia bajo la advocación del santo que da nombre al asentamiento. Su gentilicio es «sampedreños», siendo el familiar en el partido judicial el de «cucos».
En la basílica visigoda, fundada por el Abad Nucro, parece ser que estuvo el último rey godo D. Rodrigo, tras la batalla del Guadalete en 711, comienzo de la invasión musulmana. Desde aquí, ayudado por un monje, pasó a Portugal.
Iglesia de San Pedro Apóstol. Se trata de obra de pequeñas proporciones originaria del siglo XV, con numerosas intervenciones posteriores. Se levanta aneja a una antigua basílica visigótica, y además para su construcción se aprovecharon no pocos restos arquitectónicos romanos. Su planta es de nave única con testero plano y modesta torre fachada al frente. Al exterior destaca la portada del Evangelio, con arco de medio punto de acasetonado renacentista, y pequeña hornacina donde se aloja una imagen del titular del templo.
21. MUNICIPIO DE TORREMAYOR.
Torremayor se localiza hacia levante de Montijo, configurando una trama alargada sobre el itinerario que conduce a Mérida. Su origen se estima de época musulmana; al menos su existencia en ese momento queda reflejada como el único enclave de su ámbito que se menciona en el Fuero de Mérida de 1.235. Confirmando esta circunstancia su nombre primitivo de La Alguijuela también se estima árabe. Venido a menos posteriormente, su repoblación es atribuida por Ortiz de Tovar a gentes portuguesas oriundas de Torres Novas, a finales del siglo XV, con ocasión de los sucesos que culminaron en la batalla de La Albuera de Mérida.
En 1626 el lugar fue vendido por Felipe II como Villa de Señorío al poderoso caballero santiaguista emeritense Juan Antonio de Vera y Zúñiga, Comendador de La Barca, Conde de la Roca, lugar que había comprado también poco antes, y Marqués de los Álamos, que poseyendo ya extensas propiedades en la población decidió adquirirla en su totalidad. Entre sus pertenencias figuraba una Casa Fuerte dotada con un torreón que en parte todavía se conserva, y al que posiblemente pertenece un arco granítico existente en el poblado. En memoria de tal edificación, y como símbolo de su importancia y dominio sobre el enclave, en el contrato de compraventa se hizo figurar una disposición según la cual el lugar pasaría a llamarse en lo sucesivo Torremayor, apelativo que en efecto detenta desde 1626.
Iglesia de Santiago Apóstol. Se trata de obra de mampostería y sillares con planta de una sola nave, siendo sus elementos más significativos el almenado que remata la cabecera y otras zonas del edificio y la hermosa torre fachada delantera. Fabricada en sillares, presenta la misma altura que la nave, aunque fue recrecida en época moderna con un cuerpo de campanas y chapitel placado de azulejería. Al interior resalta la credencia de la capilla mayor, obra de gran tamaño y rica decoración gótica enmarcada en alfiz, que constituye la muestra más destacada de su especie de las muchas que aparecen en la comarca emeritense. Pieza sobresaliente es el retablo mayor, de pequeñas proporciones, conectable en su configuración con el desaparecido de San Martín de Medellín, ambos del siglo XVI y atribuidos al círculo de Luis de Morales. Consta de ocho tablas, ocupando la casa central una buena imagen de bulto de Santiago Matamoros. Dadas sus reducidas proporciones, que parecen indicar que la obra no fue realizada para presidir esta iglesia; el hecho de no existir en la misma capilla que hubiera podido alojarla originariamente, y el reducido auge de la población en la época de su ejecución, hacen pensar que dicho retablo procede de otro lugar, quizá de alguna de las ermitas o cofradías de Montijo.
22. MUNICIPIO DE TRUJILLANOS.
El núcleo de Trujillanos se localiza como puerta del pantano y Parque Natural de Cornalvo, en las proximidades de Mérida, en dirección a levante. Fue fundado en 1327 al amparo de la Carta Puebla otorgada por el Maestre santiaguista Vasco Rodríguez de Cornago para la repoblación del territorio.
El topónimo que nomina el lugar se hace derivar de las gentes de Trujillo que lo ocuparon inicialmente. Sus naturales son conocidos a nivel popular como «bachilleres«.
Iglesia de la Santísima Trinidad. Se sitúa en el centro de la extensa calle que, prolongándose de Este a Oeste sobre el antiguo Camino Real a Madrid, constituye la principal del pueblo. Se trata de edificio de pequeñas proporciones, con torre fachada al frente, de atractiva composición, y portadas de severa traza renacentista, con piezas visigodas incrustadas en la de la Epístola. El interior resulta de amplia espacialidad,, contando con nave única de tres tramos y cabecera más angosta. El templo carece de retablo mayor, encontrándose hoy parte del que en otro tiempo tuvo, obra del XVI con buenas tallas de San Pedro y San Pablo, en un lateral de la nave.
23. MUNICIPIO DE VALVERDE DE MÉRIDA.
Se localiza hacia el este de Mérida, sobre un asentamiento que se acoge también al seno de la gran curva del Guadiana, cerca del badén por donde se supera el río en dirección a Guareña.
A partir de un enclave al que se atribuye origen remoto, el núcleo fue repoblado al amparo del fuero de Mérida en 1235, anejándose al mismo algunos caseríos ya existentes en el entorno, como Pedroche, Ureña y otros, como posesión de la Orden de Santiago dentro del Partido de Mérida. En 1630 se independizó de esta jurisdicción alcanzando el título de Villa exentamediante el pago de 16.000 ducados.
En el presente la población constituye un asentamiento de carácter rural, de próspera economía agrícola, muy representativo de los centros de su especie.
Iglesia de Santa Marina. Es un edificio de considerables proporciones, construido con mampostería de piedra y cal sin relucir. La realización es originaria del siglo XVI con escasas intervenciones posteriores manteniéndose, en consecuencia, con notable grado de pureza en sus características primitivas.
24. MUNICIPIO DE VILLAGONZALO.
Villagonzalo aparece al norte de La Zarza, próxima a la orilla izquierda del Guadiana, más conectada por tanto con el ámbito de influencia de Guareña que con el emeritense.
Situado el núcleo en lo más alto de una extensa llanura, cercada de sierras y en la margen izquierda del rio Guadiana. Entre las alturas destacan los Cerros de Los Cantos y Hospital. Bañan el territorio el rio Guadiana y los Arroyos Del Caballo y San Juan.
Su fundación como aldea dependiente de la Encomienda de Alange, se atribuye en el siglo XIV al Maestre santiaguista Gonzalo Mexía, de quien deriva su apelativo. En 1588 se independizó de este dominio mediante el pago de 7.000 ducados a Felipe II, quedando como Villa exenta sin sujección, por tanto, al Partido de Mérida. En 1594 formaba parte de la provincia León de la Orden de Santiago y contaba con 143 vecinos pecheros.
En la actualidad constituye un centro de naturaleza rural en el que se mantiene poco alterada su fisonomía tradicional.
Iglesia de Ntra. Sra. de la Concepción. Obra del siglo XVI y modificada sustancialmente en el XVIII, reconstruida casi por completo tras la Guerra Civil de 1936, y sometida todavía más recientemente a otras transformaciones. El edificio se presenta en la actualidad pulcramente encalado en tono ocre, tanto interior como exteriormente. Al frente ostenta torre fachada con remate de chapitel y sencilla portada. En el interior resulta de interés la puerta de la sacristía, de sencillo diseño clásico con frontón coronado por el escudo santiaguista. Entre los contenidos es de reseñar el Cristo Nazareno, obra temprana de Juan de Ávalos, y el retablo mayor, obra también moderna, de pequeñas proporciones y digna de factura, , realizada según los modelos barrocos. Pérdida irreparable fue la del magnífico relicario donado al templo por el Provisor de Lima, Juan Núñez, desaparecido durante los destrozos experimentados por la parroquia en 1936.
25. MUNICIPIO DE LA ZARZA.
Llamada tradicionalmente Zarza de Alange, dada su condición de aldea dependiente de este centro, en cuya Encomienda se integraba. Por decreto publicado en el DOE de 4 de Diciembre de 1991, la localidad pasó a llamarse La Zarza solamente, culminando de tal modo la vieja aspiración de patentizar el carácter autónomo del núcleo.
Se asienta sobre la falda de la Sierra del Calvario, formando sus calles fuerte pendiente en la zona más antigua. En las sierras próximas se encuentran los abrigos de las Viñas o las Calderitas, con importantes pinturas rupestres. Los antecedentes directos del asentamiento actual se encuentran en el enclave fundado por el Maestre santiaguista Pelay Pérez Correa bajo el Fuero otorgado a Mérida en 1235. En 1585 alcanzó categoría de Villa, eximiéndose de Alange mediante el pago de 16.762 ducados a Felipe II.
En el aspecto urbanístico se distinguen dos áreas bien diferenciadas: una en la zona alta y escabrosa correspondiente al núcleo antiguo, y otra de expansión posterior en la que se asienta la más moderna. A nivel local, a los que vivían de la plaza hacia arriba se les llamaba en el pasado jocosamente «cabileños», y a los moradores de abajo, «chumberos».
Una actividad que en los últimos tiempos ha alcanzado en La Zarza enorme auge, y por la que la localidad se distingue en la comarca, es la confección artesana de la piel, especialidad a la que se dedican numerosas peleterías y talleres.
Monumento al Arriero. Se erige junto a la Iglesia parroquial, obra en bronce del escultor Ricardo García, de Villanueva de la Serena, inaugurada en el año 1989. Consiste en un grupo compuesto por un asno y el popular «tierrablanqueo», o vendedor de tierra blanca o cal para enjalbegar las paredes, ataviado con la típica chambra o blusón y llevando la romana al hombro.