Escudos y esgrafiados en la ciudad de Badajoz (II)

       Próximo a la calle de San Juan, en la calle Arco Agüero descubrimos nuevos y representativos emblemas. En su número 10 se encuentra la bella casa que fuera de la familia López-Lago González de Orduña. Puede advertirse en el centro de la fachada la existencia de un escudo de armas de los caballeros del Solar de Tejada y Valdeosera, que muestra las trece banderas de las batallas ganadas a los musulmanes durante la Reconquista por el fundador de Tejada, don Sancho. En el borde aparecen las trece veneras y cruces de Santiago de los caballeros que le acompañaban en sus hazañas. El cuarteto central representa los castillos de Viguera y Clavijo, conquistados por don Sancho; las dos lunas que incorpora representan su matrimonio, rodeado de estrellas (los hijos); el león es el del reino para el que combatía, y el oso apoyado sobre un tejo recuerda su apellido.

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        Más arriba, en el torreón del edificio encontramos un doble hueco formado por arcos de medio punto adornados con escudos de la Orden de Santiago sobre cartelas y cabezas de león a modo de gárgolas.

       En el número 22 de la misma calle Arco Agüero aparece otro escudo a resaltar, posiblemente se tratara de la familia que ocupara esta vivienda.

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        En este recorrido llegamos a uno de los laterales del Convento de las Carmelitas, que en esta parte y encima del pórtico de entrada a una reducida capilla edificada en los inicios del siglo XVIII y ampliada posteriormente, luce un escudo de la Orden y del Obispo Malaguilla. Prosigue el convento por la calle José López Prudencio, donde igualmente aparece otro escudo de la Orden en la entrada al Convento. En la otra calle que ocupa, Lorenzo Sepúlveda, y por la entrada que el convento dispone en este lugar vemos otro nuevo escudo de la Orden.

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      Prosigo por la calle López Prudencio para alcanzar la plaza de Cervantes. En este trayecto nos llama la atención un nuevo escudo, que es el de armas de Chapín que comprende, en campo de azur, cinco crecientes de plata, cargados de una estrella de oro, puesta entre las puntas de aquellos. Juan Chapin fue un teniente de regimiento de Extremadura, empadronado como noble en Badajoz en 1775.

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         En la plaza de Cervantes encontramos un magnífico edificio conocido como Casa Puebla, construida en 1921, cuya fachada destaca por su profunda decoración, con medallones con cabezas en las enjutas de los balcones laterales del primer piso, remates superiores con flameros y bella crestería coronando el segundo piso y el torreón.

         En esta misma plaza hay otros elementos a destacar en lo que ahora nos interesa. En el edificio que alberga el Hotel Cervantes, mandado construir en 1920 con un estilo ecléctico que recoge elementos del regionalismo andaluz, neo-historicistas y toques modernistas, destaca el escudo con blasón y escudo abierto, roto por un yelmo y una venera, y coronado por copas al aire, que representa a la familia Martín de Saavedra.

         En fin, qué decir de la Iglesia de San Andrés que igualmente se sitúa en este entorno. Posee tres portadas, aunque dos están cegadas y datan del siglo XVIII. La primera presenta un vano adintelado entre pilastras, con remates de pináculos piramidales y bolas y escudo de los Quirós en el dintel. La segunda portada es igualmente de vano adintelado entre pilastras; el segundo cuerpo está presidido por el escudo del marqués de Monreal. La tercera portada, abierta ya a mediados del siglo XX, imita en su estructura a las anteriores, aunque no es de cantería; en la hornacina situada sobre el dintel de la puerta aparece una escultura de San Andrés, y en sus costados dos escudos, uno de la Hermandad de San Andrés y otro del obispo José María Alcaraz Alenda.

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       Descendiendo desde la plaza de Cervantes por la calle Trinidad y en su número 19 veo un hermoso escudo de la familia noble de los Caldera, que podría decirse que es el que mejor se conserva en la ciudad, para desembocar en el baluarte de la Trinidad, uno de los bastiones de la fortificación que rodeaba la población de Badajoz, en uno de cuyos laterales se sitúa la puerta de este mismo nombre. En la fachada exterior luce el escudo real de los Austrias, realizado en mármol.

       Volvemos a la plaza de Cervantes para subir por la calle San Blas hasta alcanzar la plaza de España, o de San Juan como la conocemos los lugareños. En el número 2 de la empinada calle de San Blas nos presenta un escudo de familia noble de antaño. El de la familia Fernández de la Peña. Resaltar al efecto al que fuera insigne personaje de la ciudad, Gabriel Fernández de la Peña y Aldana, que sucedió en la Casa y Mayorazgos de su padre, fue Regidor Perpetuo de Badajoz y Contador de la Superintendencia General de Rentas Reales, Capitán de Milicias Urbanas de la plaza de Badajoz en 1762 y Alcalde varias veces de la Santa Hermandad por el Estado Noble de Badajoz y de la villa de Salas de Bureba.

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       Ya en la plaza de España, la esbelta y fortificada Catedral nos recibe para presentarnos su bella estampa. En ella, la presencia de nuevos escudos nos permite catalogarlos.

          De las tres portadas que presenta, dos de ellas incorporan escudos. La de San Blas, mirando al sur, es la más antigua de todas. Presenta una hornacina en mármol blanco portugués, que acoge una figura esculpida del santo que le da nombre.

       La portada principal, de San Juan, está situada a los pies de la iglesia en el lado occidental, es de mármol, adintelada y bella. Presenta igualmente una hornacina central con dos cartelas rematadas todas por frontones triangulares. En la hornacina se incorpora una escultura en piedra con caracteres barrocos de San Juan Bautista, mandada construir en 1692 por el obispo Marín de Rodezno. Las cartelas tienen en bajo relieve sendos escudos, uno episcopal y otro del cabildo catedralicio.

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       A lo largo de la fachada, entre las dos puertas anteriores se encuentran diversas columnas que incorpora, cada una de ellas, un escudo con el símbolo catedralicio.

       La otra portada, la del Cordero, está situada en la fachada norte de la Catedral, de traza muy sencilla que, sin embargo, era la más utilizada por la población por su orientación a la zona del casco antiguo. Es una portada del siglo XVII, realizada en mármol blanco, que presenta una estructura adintelada con frontón que incorpora un Cordero con la cruz, símbolo del templo.

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         En la fachada norte observamos, correspondientes a sus capillas, los escudos de los Guzmanes y Zuñigas, el de Lorenzo Suárez de Figueroa y su mujer, doña Isabel de Aguilar; y otro de roeles con borduras de sotuers y tres cabezas sobre el jefe.

          El elemento más sobresaliente del exterior de la Catedral es la torre, edificada en la parte occidental del templo, realizada con mampostería y reforzada con piedra de sillería en los ángulos. Es cuadrangular, a modo de elegante y recio torreón, de once metros de ancha y cuarenta y un metros de alta, con tres cuerpos y campanario.

        El segundo cuerpo separado del primero por unos adornos en forma de flores y bolas, tiene dos ventanas de forma rectangular, adinteladas, decoradas con un cordón formando un arco conopial y decoración de perlas. La ventana que mira al occidente es plateresca de gran belleza artística. Un delicado mainel de mármol la divide.

         La ventana que mira al norte es gótica florida. En el centro, tuvo también un mainel que desapareció. Sobre sus finas molduras tiene una concha, a cuyos lados están las cabezas de San Pedro y San Pablo. Remata el coronamiento un adorno trilobulado que se eleva entre dos pináculos y dos escudos de mármol, el de la Catedral y el del Obispo Pedro González Manso, que rigió la diócesis de 1526 a 1532.

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     Ya en el cuarto cuerpo, se encuentra separado del tercero con sencillos adornos cortados en el centro por escudos.

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          Frente a la Catedral, ya en el trayecto por el que surge la calle del Obispo San Juan de Ribera, se encuentra la Casa del Cordón, sede actual del Arzobispado en Badajoz. Un notable edificio del siglo XVI, casona que fue de la familia Andrade y del Conde de la Torre del Fresno, y remodelado a finales del siglo XX.  El nombre que se le da se debe al bello cordón franciscano tallado sobre la roca de granito que forma su entrada principal, que no fue levantado hasta el siglo XVII. En la fachada principal encontramos un escudo de armas de Alonso Andrade Moriano, alcalde de Badajoz en el siglo XVIII. Ya en 2001, cuando el edificio fue reformado para acoger la sede del Obispado en Badajoz, se añadió en la fachada el escudo del Arzobispo Monseñor Antonio Montero.

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        En esta misma calle se encuentra el edificio que fuera sede del Instituto General y Técnico e Instituto de Enseñanza Media “Bárbara de Braganza”, y tras diversos usos pasa actualmente a dependencias de la Diputación Provincial. Ocupa parte del que fuera Convento de Santa Catalina, derribado a mediados del siglo XIX. Este edificio que se erigió en el siglo XX, presenta en su altura un escudo en el que merece reparar por el hecho de que fue el primero que pudo verse de Badajoz timbrado de la corona real con los dos leones y sus respectivas columnas. Curiosamente, en los planos de diseño del edificio, de 1902, apareció previsto con un león contornado, pero hubo un intento de cambiarlo como así ocurrió durante una determinada época. El escudo con dos leones se siguió utilizando hasta que en 1994 el Ayuntamiento regresó al escudo de un solo león que mira a su derecha, recuperándose la corona real.

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continuará en «Escudos y esgrafiados en la ciudad de Badajoz (y III)»

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