De senderismo por Alange

       Si algo caracteriza a mi querida Extremadura es precisamente la belleza de su naturaleza, apropiada para quienes aman las rutas senderistas y con ello disfrutar de su esencia.

         En mi propósito de traer a este blog los pasajes de mis caminatas, voy a hacerlo ahora con la belleza propia de una población cercana a la capital badajocense, Alange, que permite recorrer su entorno en varias rutas senderistas.

         Decir, por lo pronto, que Alange es una población distante de Badajoz, capital de la provincia, en poco más de 80 kilómetros, y cercana a Mérida, la capital Extremeña, unos 20 kilómetros. Situada en la parte central de Extremadura sobre una de las últimas estribaciones de la Sierra de Peñas Blancas y coronada por un castillo medieval aunque con lo posos de origen musulmán, que domina la comarca del río Matachel y que está situado en el cerro de la Culebra, manteniendo unas espléndidas vistas al embalse que abraza el promontorio donde se encuentra el pueblo y que es de los más extensos de la cuenca del Guadiana, escenario de múltiples actividades deportivas como piragüismo, windsurf o vela. Un lugar en el que, además, está permitida la pesca con licencia, y en el que abundan la carpa, el lucio, el black bass y los barbos camizos.

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       No puede olvidarse la herencia dejada por los romanos,  que fueron los que hicieron florecer la localidad a partir del aprovechamiento de las aguas medicinales que hicieron que se conformara un complejo termal con el legado que hoy permite disfrutar del famoso balneario existente en la localidad, con unas instalaciones que son consideradas de las mejor conservadas de Europa. No en vano fue declarado en 1993 como Patrimonio de la Humanidad como integrantes del conjunto patrimonial emeritense.

        Son varias las rutas senderistas que pueden practicarse en el lugar, y cada cuál puede programarlas siguiendo su propio esquema. Me voy a referir a aquellos recorridos que he realizado y que me han permitido conocer este hermoso entorno. Decir que algunos de ellos los hice de noche, en la IX marcha “Luna Marinera” que organizó y preparó la Asociación Senderista y Cultural “Pata del Buey” de Alange, con un trayecto de unos diez kilómetros, y que suponía una nueva experiencia en mi vocación senderista.

       En este entorno, el punto de partida para el inicio de cualquier propósito senderista parece inclinarse por el concebido como playa, lugar cercano a la Oficina de Turismo, y de ahí dirigirse hasta otros puntos.

playa alange

ruta oficial + perfil alange2

          No obstante, en mi relato voy a considerar lo recorrido con una perspectiva global, lo cual me va a permitir aunar todas las etapas que pude hacer de forma gradual.

        Desde la playa, como lugar de comienzo, constituye una buena decisión proseguir por el paseo fluvial que recorre la orilla del embalse hasta un punto en el que admite dos direcciones. Una prosiguiendo el trecho de la orilla del embalse para llegar a la presa, cuyo acceso está permitido. Otra incorporándose al pueblo para subir por esta parte al castillo.

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resized_IMG_2732        Respecto al primero de los recorridos merece la pena hacerlo y atravesar la gran mole de la presa para disfrutar de las vistas que ofrece del embalse. En este recorrido, y casi al final del paseo a la presa, encontramos uno de los yacimientos que podemos visitar en Alange. En 2005 se descubrió una espectacular edificación de más de 19 por 6 metros, montada sobre una terraza y que se ha interpretado como un gran almacén de trigo, en función de la enorme cantidad de semillas carbonizadas aparecidas en su interior. Este hallazgo, está fechado en el 3360 a.C. e indica un sistema organizativo importante en la zona.

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       Pero volvamos atrás para ahora dirigir nuestros pasos hacia el castillo, tras atravesar la calle del mismo nombre y subir por un sendero hasta llegar al primer recinto amurallado (Puerta del Aljibe) y contemplar allí un aljibe natural con hermosa vegetación de umbría.

       El ascenso merece su respeto por la pedrería que en muchos momentos te encuentras en los caminos señalizados que tiene. Se llega así hasta la Puerta del Sol, formada por un arco de acceso principal a la edificación, y que conforma un mirador natural que permite contemplar el pueblo, el embalse y los hermosos paisajes existentes.

          La subida sigue hasta ver los primeros restos del castillo, entre los que destaca la Torre del Homenaje, bastante bien conservada, que constituye un torreón circular y una calzada del siglo IX. En la cima son impresionantes las vistas que ofrece, en las que se divisan varias comarcas de la zona. Un lugar para parar un rato, tomar aire, y recrear la vista y mente con lo que se advierte. Aquí puede fácilmente apreciarse la ubicación estratégica que tiene en el cerro de la Culebra, erigido por los árabes en el siglo IX para controlar el paso por la Vía de la Plata y los movimientos militares que surgían en Mérida. 

     El descenso ya es más cómodo, por el camino de la umbría hasta llegar a los depósitos del agua, y seguir así hasta nuevamente alcanzar la calle Castillo, para proseguir después por la parte izquierda del pueblo hasta encontrarnos con la Ermita San Gregorio, de finales del siglo XVII, de planta alargada y con una cúpula semicircular en uno de sus extremos, que es la sede del Museo Etnográfico de Alange.

resized_IMG_2694         Seguimos por la calle Encomienda donde se encuentra la Fuente Homenaje al Agua, que conmemora que Alange es uno de los pueblos más ricos en aguas no cloradas de toda Extremadura. Cerca está la casa que da nombre a la calle, sede de la Encomienda de la Orden de Santiago, aunque de ella realmente lo que puede advertirse en la actualidad es su pórtico de entrada, si bien se dice oficialmente que de su estructura original queda un patio, restos de columnas y capitales y un escudo de armas, en lo que hoy es edificio de propiedad privada.

casa de la encomienda

        Proseguimos el recorrido por la zona exterior del pueblo, en un espléndido paseo que sirve de circunvalación hasta que volvimos a entrar en el centro para hacer una breve parada en la Iglesia de Ntra. Sra. de los Milagros, del siglo XVI y estilo gótico mudéjar. Se trata de un edificio en mampostería y ladrillo que cuenta con una nave central dividida en tres tramos. De sus tres puntos de acceso originales solamente se conservan dos, al haberse cegado el tercero para la construcción de una vivienda particular. En el interior destaca el retablo de la capilla mayor, obra de la primera mitad del siglo XVIII.

iglesia alange

        Continuamos por la calle Coro (detrás de la iglesia) hasta llegar a unas escaleras que suben a los Canchos de los Toros, el punto más alto del pueblo, con sus hermosas vistas. Los canchos son promontorios rocosos que, en este caso acoge un jardín botánico que he de confesar me costó trabajo encontrarlo, quizá por lo incipiente de esta iniciativa realizada por la Asociación cultural y senderista “Pata del Buey”, que tiene de particular que la mayoría de sus plantas han sido donadas por el vecindario.

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          De ahí seguimos por la calle Cancho de los Enamorados donde aparece un panel interpretativo ZEPA (Zona especial de protección para las aves) que marca el cambio de panorámica para introducirnos en el Valle de la Jabata, divisando la Huerta Morisca de la Jabata y Huerto Moral, aunque he de decir que la ruta nocturna me impedía ver algo más allá de los pies de los senderistas. Así discurre el trayecto hasta volver finalmente a entrar en el pueblo por la Calle Baños, encontrándonos con una Ermita que es conocida por varios nombres; Ermita del Balneario, Ermita de San Bartolomé, patrón de Alange, y ahora más recientemente como Santuario de la Virgen Milagrosa, patrona de Alange. Es del siglo XVI, de construcción sencilla encuadrada en la tipología de arquitectura popular. Su interior consta de una sola nave de la que arranca una pequeña capilla.

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        De aquí al Balneario, donde los senderistas pudimos retroceder más en el tiempo para visitar estas termas romanas y los hermosos y cuidados jardines terapéuticos, con la graciable sorpresa de encontrarnos con algunos personajes de la época a lo largo del recorrido, con esos vecinos envueltos del ropaje propio de aquella época de antaño.

         Otra ruta viene marcada por la orilla de los ríos Matachel y Guadiana, un cómodo y atractivo paseo por el camino que discurre en paralelo, quizá por lo que fuera una calzada romana que unía Aquae con Emerita Augusta, y a lo largo del cual el agua de estos ríos va a estar siempre presente entre sotobosques ribereños mediterráneos, divisando zonas pesqueras y una colonia de cigüeña blanca y atractivos lugares para el descanso. El trayecto tiene una longitud total de 20 kilómetros, aunque confieso que lo hice parcialmente, en sus cinco últimos con ida y vuelta, con claro fin de no perderme este hermoso recorrido aun cuando lo fuera con una temperatura bastante elevada.

        En definitiva, una localidad apropiada para encontrar atractivos suficientes como para visitarla, y ante todo para realizar actividades saludables, con la práctica del senderismo y el necesario relax que proporciona la visita a ese codiciado balneario.

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5 comentarios en “De senderismo por Alange

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